QUIÉREME

sábado, 19 de enero de 2013

UN LIDER


   Esta mañana he quedado con Gadea a tomar café. Me cuenta que ayer, cuando llegó a casa después del trabajo, se preparó algo de cena y se sentó frente a la tele. Dice que, con la primera noticia que escuchó,  se puso de mal humor y que, en unos minutos,  estaba más cabreada que un mono.  " Todas, absolutamente todas las noticias que escuché durante la media hora que estuve frente  a la tele ", me dice,  " fueron sobre robos, sobre políticos que nos roban, banqueros que nos roban, nobles ( dicho de una persona o de sus parientes:que por su ilustre nacimiento o por concesión del soberano posee algún título del reino ) que nos roban......Y luego salen algunos "tertulianos" diciendo que no se pueden tolerar las manifestaciones ante el Congreso, o en la Puerta del Sol ".  Sigue diciendo Gadea que se levantó de su asiento y les gritó:  " ¿es que no sabeís que la desobediencia civil está inventada desde hace siglos ? ¿ es que no estabaís en clase el día que contaron como Martin Luther King escribió que "se tiene la responsabilidad moral de desobedecer normas injustas" ? Mira, me dice que les dijo,  "no quiero seguir discutiendo con vosotros. Voy a ver una película ".  Dice Gadea que su abuela hacia lo mismo, hablaba con la tele como si fuera un miembro más de la familia, preguntaba a los presentadores de informativos o respondía a los personajes de las telenovelas como si la pudieran escuchar. Y dice Gadea que ella nunca pensó que estuviera mal de la cabeza. En fin, yo no se que decir, solo se me ocurre rezar, esperar, soñar con un lider como a los que se refería mi amiga, a un Martin L. King,  o un  Gandhi o  un Mandela.  ¿ Donde estaís ? ¡Salid, por Dios ! ¡Salid! Nosotros os seguiremos.

martes, 15 de enero de 2013

GADEA VESTIDA DE ROJO 4ª y ÚLTIMA PARTE

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Una tarde, como en la que empezó todo, sin previo aviso, sin que, aparentemente,  hubiese cambiado algo, ni siquiera la posición de las macetas de los geranios, Gadea notó como la respuesta a la omnipresente pregunta de los últimos años de su vida llegó a su cabeza: “tengo que iniciar un viaje”. “Lo empiezo ahora mismo”.
Así me contó Gadea que sucedió. Sin dudas, sin peros, sin vacilaciones . Así fue cómo supo que lo que tenía que hacer era comenzar una relación con Zenón como si se acabaran de conocer. “Cuando aparezca por esa puerta  le estrecharé la mano, le daré dos besos, como cuando te presentan a alguien, y le diré ¿ que tal?, encantada de conocerte” . “ Después lo trataré como se trata  a alguien que va por primera vez a tu casa:  le preguntaré si quiere tomar algo, si quiere quedarse a cenar, si le gusta lo que hay de cena. Más tarde, ¿ quien sabe?,  a lo mejor surge algo entre nosotros, si no esta noche , que podría ser algo precipitado teniendo en cuenta que nos acabamos de conocer, a lo mejor mañana. “Creo que puedo seducirlo si me lo propongo”.  “ Lo haré, seré una desconocida para él  . ”
Y en esas está Gadea, de viaje hacía su nueva pareja. Y dice que es un error esperar a que algo o alguien vuelva a ser como antes. Asegura que nada ni nadie tiene la facultad de poder ser como era ayer, afortunadamente.

lunes, 14 de enero de 2013

NUEVA VERSIÓN DE "LAS FASES DE LA VIDA"


1ª- El grillo: la niñez o el canto constante
2ª- La mariposa: la juventud o la belleza leve
3ª- El escarabajo: la madurez o el caparazón pesado

GADEA VESTIDA DE ROJO 3ª PARTE

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Gadea quería mantener la calma, necesitaba ver la situación con perspectiva. ¡Tranquilidad, tranquilidad !, se repetía.  Se  trataba de un par de episodios insignificantes pero, extrañamente la conmovían. Eran como dos grandes burbujas de jabón que la atrapaban provocándole asfixia.
Hubo un día de descanso pero, el cuarto fue determinante: después de cenar instalaron el viejo sistema de diapositivas olvidado hacía años en el trastero. Repasaron imágenes de varios años de su vida, vacaciones, viajes, celebraciones…La CERTEZA  de que la persona que tenía a su lado era un extraño cayó sobre Gadea sepultándola bajo un enorme montón de escombros.
Cuando, días después,  logró apartar los cascotes, la pregunta fue: ¿ Y AHORA QUÉ ?
A veces, la respuesta parecía clara: “ tendré que empezar de nuevo”.  Gadea se planteó reconducir su vida con alguien a quién sí conocía;  “cualquiera me daría la razón”, pensaba, “a todas luces es el único camino” .  La soñada nueva vida con “ el conocido” se presentaba como una tentación difícil de evitar.  Sin embargo,  le duraba poco,  cuando más, unas horas , y aunque se alejaba de su cabeza volvía a aparecer con la misma intensidad, como el juguete que un perro entierra y desentierra en el jardín,  una y otra vez. El baile, entre el Si y el No, duró años. Es lo normal en estos casos.