Esta mañana he quedado con Gadea a tomar café.
Me cuenta que ayer, cuando llegó a casa después del trabajo, se preparó algo de
cena y se sentó frente a la tele. Dice que, con la primera noticia que
escuchó, se puso de mal humor y que, en unos minutos, estaba más
cabreada que un mono. " Todas, absolutamente todas las noticias que
escuché durante la media hora que estuve frente a la tele ", me
dice, " fueron sobre robos, sobre políticos que nos roban, banqueros
que nos roban, nobles ( dicho de una persona o de sus
parientes:que por su ilustre nacimiento o por concesión del soberano posee
algún título del reino ) que nos roban......Y luego salen algunos
"tertulianos" diciendo que no se pueden tolerar las manifestaciones
ante el Congreso, o en la Puerta del Sol ". Sigue diciendo Gadea que
se levantó de su asiento y les gritó: " ¿es que no sabeís que la
desobediencia civil está inventada desde hace siglos ? ¿ es que no estabaís en
clase el día que contaron como Martin Luther King escribió que "se
tiene la responsabilidad moral de desobedecer normas injustas" ? Mira, me
dice que les dijo, "no quiero seguir discutiendo con vosotros. Voy a
ver una película ". Dice Gadea que su abuela hacia lo mismo, hablaba
con la tele como si fuera un miembro más de la familia, preguntaba a los
presentadores de informativos o respondía a los personajes de las telenovelas
como si la pudieran escuchar. Y dice Gadea que ella nunca pensó que estuviera
mal de la cabeza. En fin, yo no se que decir, solo se me ocurre rezar, esperar,
soñar con un lider como a los que se refería mi amiga, a un Martin L.
King, o un Gandhi o un Mandela. ¿ Donde estaís ?
¡Salid, por Dios ! ¡Salid! Nosotros os seguiremos.
sábado, 19 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
martes, 15 de enero de 2013
GADEA VESTIDA DE ROJO 4ª y ÚLTIMA PARTE
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Una tarde, como en la que empezó todo, sin previo aviso, sin
que, aparentemente, hubiese
cambiado algo, ni siquiera la posición de las macetas de los geranios, Gadea
notó como la respuesta a la omnipresente pregunta de los últimos años de su
vida llegó a su cabeza: “tengo que iniciar un viaje”. “Lo empiezo ahora mismo”.
Así me contó Gadea que sucedió. Sin dudas, sin peros, sin
vacilaciones . Así fue cómo supo que lo que tenía que hacer era comenzar una
relación con Zenón como si se acabaran de conocer. “Cuando aparezca por esa
puerta le estrecharé la mano, le
daré dos besos, como cuando te presentan a alguien, y le diré ¿ que tal?,
encantada de conocerte” . “ Después lo trataré como se trata a alguien que va por primera vez a tu
casa: le preguntaré si quiere
tomar algo, si quiere quedarse a cenar, si le gusta lo que hay de cena. Más
tarde, ¿ quien sabe?, a lo mejor
surge algo entre nosotros, si no esta noche , que podría ser algo precipitado
teniendo en cuenta que nos acabamos de conocer, a lo mejor mañana. “Creo que
puedo seducirlo si me lo propongo”.
“ Lo haré, seré una desconocida para él . ”
Y en esas está Gadea, de viaje hacía su nueva pareja. Y dice
que es un error esperar a que algo o alguien vuelva a ser como antes. Asegura
que nada ni nadie tiene la facultad de poder ser como era ayer,
afortunadamente.
lunes, 14 de enero de 2013
NUEVA VERSIÓN DE "LAS FASES DE LA VIDA"
1ª- El grillo: la niñez o el canto constante
2ª- La mariposa: la juventud o la belleza leve
3ª- El escarabajo: la madurez o el caparazón pesado
GADEA VESTIDA DE ROJO 3ª PARTE
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Gadea quería mantener la calma, necesitaba ver la situación
con perspectiva. ¡Tranquilidad, tranquilidad !, se repetía. Se trataba de un par de episodios insignificantes pero,
extrañamente la conmovían. Eran como dos grandes burbujas de jabón que la
atrapaban provocándole asfixia.
Hubo un día de descanso pero, el cuarto fue determinante:
después de cenar instalaron el viejo sistema de diapositivas olvidado hacía
años en el trastero. Repasaron imágenes de varios años de su vida, vacaciones,
viajes, celebraciones…La CERTEZA
de que la persona que tenía a su lado era un extraño cayó sobre Gadea
sepultándola bajo un enorme montón de escombros.
Cuando, días después,
logró apartar los cascotes, la pregunta fue: ¿ Y AHORA QUÉ ?
A veces, la respuesta parecía clara: “ tendré que empezar de
nuevo”. Gadea se planteó
reconducir su vida con alguien a quién sí conocía; “cualquiera me daría la razón”, pensaba, “a todas luces es
el único camino” . La soñada nueva
vida con “ el conocido” se presentaba como una tentación difícil de
evitar. Sin embargo, le duraba poco, cuando más, unas horas , y aunque se
alejaba de su cabeza volvía a aparecer con la misma intensidad, como el juguete
que un perro entierra y desentierra en el jardín, una y otra vez. El baile, entre el Si y el No, duró años. Es
lo normal en estos casos.
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