QUIÉREME

jueves, 20 de enero de 2022

UN APUNTE

 Cuando murió mi madre pensé que se había acabado mi pesar y el de ella. Nada más lejos de la realidad; sucedió que la tristeza me arraigó en el estómago y hoy es un roble. Conozco el amor, el desamor, la maternidad, la independencia pero, no la satisfacción ni el éxito. Entre ramas y raíces, el roble me absorbe, retiene mi ánimo como las riendas frenan al caballo. Ahora mismo las veo, en mis brazos: son azules y van por donde anda la sangre.