QUIÉREME

viernes, 7 de octubre de 2022

LOS TONTOS

 Levaba una falda de pana, blanca, abotonada por delante, que me había hecho mi madre, como casi todas las prendas que vestía entonces. Era de ese largo que ahora llamamos midi y que hace que sea más interesante, incluso glamuroso. Llamarlo "por debajo de la rodilla" lo hace vulgar; como lo llamábamos así, era una falda con un largo vulgar. A mí me gustaba y me sentía cómoda aunque sabía que distaba mucho de ir a la moda. 

Estaba sentada en la última fila porque mi apellido es Villanueva. Estaba por tanto, junto a Villa y Villar. Más atrás estaba Zamora. 

El profesor de matemáticas, un tal Alberto del que no recuerdo su apellido, ni falta que hace, me pide que salga a la pizarra, creo que porque vio que estaba distraída. Me sacó definitivamente de mi distracción cuando oí: "si es que te cabe el culo por el pasillo". Así fue como comprendí que hay personas muy tontas aunque parezcan listas porque han estudiado para ser profesor, médico, abogado, periodista, arquitecto, ingeniero, banquero, traductor, funcionario, político, cura, e incluso, escritor.