Anoche oí en un canal de Youtube a un médico que hablaba de Lucy. Y pensé en la división de pensamiento que hay entre los que creen que somos la evolución de Lucy y los que creen que nos creó Dios. No sé si hay manera de unir las dos teorías, sin lagunas, de forma coherente. Si no la hay, la habrá, porque estoy convencida de que todo lleva a lo mismo; todos los caminos llevan a Roma con con fe o sin ella, con ciencia o solo con intuición. Los hombres hablamos de lo mismo pero con distintas palabras y desde distintos espacios ideológicos, mentales.
Como era tarde y quería dormir, para relajar mi mente, me dije: todo esto da igual. Las cosas son como son tanto si pensamos en que somos hijos de Lucy como si pensamos que nos ha creado Dios insuflándonos energía vital. Entonces me acordé del gato de Schrödinger y del "efecto observador". Y pensar que pudiera existir una realidad diferente para cada uno de nosotros, acabó desvelándome durante casi toda la noche. Si creo en Dios, es posible que mi universo realmente lo haya creado él y si creo ciegamente en la ciencia, es posiblemente que verdaderamente Lucy sea mi antepasado.
Bueno pues, si es así, ya me quedo más tranquila. La cosa me resulta tan compleja que lo mejor es no pensar. Sí, no pienses, haz lo que tengas que hacer y no pienses. Me dije.
Nuestros superiores estarían encantados con esta conclusión si no fuera porque, si hiciéramos lo que realmente quisiéramos, no les gustaría. Pero eso ya es otra cuestión.