QUIÉREME

lunes, 22 de diciembre de 2014

INGENUO MONÓLOGO QUE REPRODUZCO CASI CON EXACTITUD

    Dice Gadea que a veces ve raras las cosas más cotidianas. Dice, que a veces le invade un sentimiento de tristeza que no sabe de donde viene. Asegura, que hay momentos en los que siente con fuerza, que no hay nada que hacer, nada que pueda cambiar el mundo, su mundo. Gadea es como es,  debido a las decisiones erróneas y acertadas que va tomando, y no puede ser de otra manera. Solo sería de otra manera si fuera otra persona. Dice que siente como cada uno de nosotros tiene una energía propia que le hace ser como es y no le permite ser de otra forma, tomar otras decisiones, sentirse de otra manera. Dice Gadea que a veces siente, físicamente, la imposibilidad de decir otras palabras, de comportarse de otra forma, de pensar cosas diferentes. Y que, a veces, es muy consciente de que esa energía acaba sin nuestro permiso, sin el voto de nuestra voluntad.
   Dice Gadea que en ocasiones no comprende las palabras más comunes. Que usa las palabras porque sabe su significado pero, realmente no las compredende. Solo en ocasiones ha notado como una frase comúnmente dicha, ha hecho contacto con una parte de su cerebro logrando entenderla. Pero, en general, hay montones de frases que son incomprensibles para ella. Se trata de frases como: "hay que vivir el momento", "hay que disfrutar de las cosas pequeñas", "el amor es lo más importante de la vida", " el dinero no lo compra todo", " eres muy tímida pero puedes hacer todo lo que te propongas",  " admiro tu indolencia", " eres rara y quiero que seas mi amiga"...............
   Dice Gadea que una de las palabras que más odia es ingenuidad. Según el diccionario de la RAE, esa palabra significa: candor, falta de malicia. Y candor es: sinceridad, sencillez, ingenuidad y pureza del ánimo. Suma blancura. "¡Para tí esas palabras! ¡No las quiero! ¡Mierda, no las quiero! Y se bien qué significan, y las comprendo, y no las quiero; son malas cualidades porque son vendas para tus ojos", gruñe Gadea.

jueves, 18 de diciembre de 2014

VICKI GADEA JEDDAH

     Vicki y Gadea se conocieron en un avión. Volaban de Madrid a Jeddah. Y dice Gadea que el viaje se le hizo cómodo y rápido. Y que esos dos adjetivos sirven para definir todos los ratos, que a partir de entonces, Gadea ha pasado con Vicki. Según Gadea es cómodo estar con Vicki porque te da lo mejor de ella: te da su mejor conversación, su mejor sonrisa, su mejor actitud y su mejor café. Dice Gadea que Vicki elige a quien obsequiar con su compañía pero que, hay personas a las que no elige y también se la da, porque cree que es lo correcto.  Hay momentos en los que se hace muy evidente que no todos somos iguales, y que no todos estamos dispuestos a dar continuamente, ciertas cosas como tiempo y paciencia. Vicki regala a la gente estas cosas en un grado muy superior a la media, y quizás por eso, a veces, se siente cansada, decepcionada, pero no más que la media, porque su naturaleza es fuerte y generosa. Y contra la naturaleza no se puede luchar.  Según Gadea, todo esto hace que el tiempo que pasas con Vicki, vuele.
   Gadea, por su parte, me cuenta que hay momentos en los que siente que no está a la altura de Vicki pero que, aún así, nunca se siente incómoda con ella. Esto lo da el hecho de que comparten unas bases de vida, de forma de pensar,  que las une por encima de otras muchas diferencias.
   Y luego está Jeddah, una ciudad extraña y difícil que para ellas es, y será, otro punto de unión. En Jeddah es donde se ven, donde charlan, donde toman café y donde sus hijos están creciendo. Según Gadea siempre agradecerá a Jeddah haberle presentado a Vicki. Dice Gadea que Jeddah es como esa conocida a la que nunca prestaste atención. Esa conocida que incluso veías fea y desastrosa, y un día, descubres que eres muy importante para ella, que te quiere más de lo que imaginabas. Y entonces empiezas a descubrir sus virtudes, cualidades que siempre estuvieron ahí pero nunca te paraste a observar.   

martes, 16 de diciembre de 2014

EL CHIPIRÓN

    Anoche soñé que me daban un premio. Estaba sobre un estrado y enfrente tenía un atril. A mi izquierda, el presidente de todo aquello, se aproximaba a mí, sosteniendo una almohadilla de terciopelo negro, sobre la que descansaba mi premio. Cuando llegó a mi lado, yo, con un estupendo vestido y un peinado casual de peluquería, veo, que lo que traía el señor presidente encima de la almohadilla, era un chipirón, muerto y limpio. Se suponía que yo lo tenía que coger con mis manos, pero no podía. Me quedé estupefacta. El señor presidente me pedía con su mirada que lo cogiera, y yo, miraba a él, al chipirón y al público, atónita,  porque parecía que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando: ¡un chipirón no es un premio!. Un chipirón es una cosa que alguna vez estuvo viva en el mar y algunas especies, como la humana, se lo comen frito o en salsa de tomate. ¡Un chipirón no es un premio!
     De repente, un ágila baja volando del cielo, agarra al chipirón con sus garras,  y se lo lleva, marchándose por donde había venido. ¡Que alivio! ¡Algo de cordura en esta situación !, pensé. Me libré de recoger el premio. Y el señor presidente empezó a ponerse histérico por el imprevisto que ,según él, arruinó la ceremonia, y según yo, me salvó de hacer lo que no quería hacer. Con cara de felicidad, le decía: no se preocupe, me doy por premiada, estas cosas pasan. ¿ Quien iba a pensar que un ágila nos robase el premio? El público, en pié exclama: ¡¡¡ohh!!!, ¡ohhh!! La entrega de premios se dió por concluida y me fuí, con ese cierto sentimiento de soledad,  que te da la certeza de que todos, menos tú, estaban equivocados. Todos, menos yo, parecían convencidos de que un chipirón era un premio estupendo. ¡Allá ellos! ¿Que podía hacer?



viernes, 12 de diciembre de 2014

EXÓTICA

    Dice Gadea que ella siempre quiso ser una persona exótica. Creo que se lo que quiere decir, creo que se refiere a ser chic: elegante, correcta en sus modales y en su hablar, un poquito fuera de lo común y con una pizca de misterio. Yo creo que hay palabras que significan lo que significan pero que dan un margen a la interpretación. Así, a mí, la palabra exótica me parece un nombre de revista. Y no veo a Gadea con cara de magazín, por mucho que lea el Semanal de El País o el Hola. Según el diccionario de la Real Academia Española, exótico significa:
1. Extranjero, peregrino, especialmente si procede de país lejano.
2. Extraño, chocante, extravagante.
3. f. Méx. Bailarina de cabaré.
Entonces, tampoco de forma literal, Gadea es exótica. Ahora bien, todos tenemos nuestras rarezas, pero tengo que decir que Gadea reune más rarezas que la media, aunque no se tratan de rarezas extravangantes como llevar turbante, lavarse tres veces las manos antes de comer, beber exclusivamente en recipientes de cristal, o dormir con pijamas a cuadros y con la cabeza orientada al norte. Una de sus rarezas es que no tiene manías de ese tipo. Su diferencia está en que ve el mundo de otra manera, le interesan otras cosas y se comporta de manera atípica. Nada es totalmente bueno ni totalmente malo, por lo tanto, con Gadea, puedes contar para unas cosas pero no para otras. Pídele que te eche una mano y lo hará, pero, si no se trata de algo necesario, no te pases, puede morderte. Nunca se te ocurra darle órdenes, quizás se vaya y no la vuelvas a ver. Nada de radicalismos ni de verdades absolutas, si huele algo así, se esfumará sin dar explicaciones. Aborrece a los prepotentes, listos, chulos, pelotas, mojigatos ( que afecta humildad o cobardía para lograr su intento en la ocasión. Beato hazañero que hace escrúpulo de todo ). Y le gustan los que no pretenden ser ni aparentar otra cosa más que lo que son: un hombre de paja, o de hojalata, o un león cobarde, o......lo que sea. Gadea es rara porque de verdad es así. Quiero decir que todos creemos que somo buenas personas, hasta los que son unos h. d. p. Por eso yo la quiero,  porque es auténtica y no siempre exótica.

sábado, 6 de diciembre de 2014

WHATSAPP DE GADEA A UNA AMIGA

  Dice Gadea que cuando la amistad empieza a ser una carga hay que retirarse, replegar filas. Uno de los primeros síntomas es cuando mides tus palabras porque crees que podrían hacer enfadar a la persona. Otro, cuando tu sentido del humor no le hace ninguna gracia, cuando dices algo para echar unas risas y te mira con cara de " ¿y a esta que le pasa ? Estas sutilezas son irreversibles y sin solución. A partir de ahora será mejor no hacer bromas ni comentarios. Al fin y al cabo,  la discreción siempre es una virtud.
  Dice Gadea que una persona le advirtió: "cuidado,  esa persona no piensa como tu ". Y Gadea se guardó la información sin cambiar de actitud, es lo correcto. Dos semanas después, efectivamente,  comprendió que la persona en cuestión tiene otros gustos, le gustan otros humoristas. Esto es una gran barrera que no hay que saltar. Si a mi me gusta Faemino y Cansado y a tí Los Morancos, tu y yo no tenemos nada que hacer. Bueno,  nos podermos llevar bien, sin excesos, por encima, someramente.
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jueves, 4 de diciembre de 2014

LAS LIBÉLULAS

He soñado con libélulas. Sobrevolaban las flores de la orilla de un arroyo transparente, límpio. Un niño y un perro se acercan. El perro persigue a las libélulas que huyen. Y yo, me quedo añorándolas.

jueves, 27 de noviembre de 2014

MARAJÁ






Palacio Amber, Jaipur. "Vivir como y donde un marajá ".

ÉXITO Y RECONOCIMIENTO

    Me pregunta Gadea : "¿Qué hacer para conseguir algo que no está en tus manos, algo que, en gran medida, depende de la suerte, de los gustos de los demás? De tu parte has puesto lo que puedes y sabes. Y ¿ ahora? Hay quien dice que ayuda mantener una actitud positiva, ser optimista. Otros añaden que es útil visualizar el éxito, imaginar el momento en el que consigues tu objetivo, en el que metes el gol. Creo que esto es algo expontáneo: cuando tienes un deseo fuerte, serio, ves el momento en el que te dan el premio, ves la ropa que llevas, escuchas las palabras que dices.....Pero, ¿se puede hacer algo más? A veces, creo que simplemente el hecho de desear te lleva a moverte, a actuar de una forma semiinconsciente que te lleva a la meta. Otras veces, la quietud, cae sobre ti como un cubo de agua fría, entonces es difícil asumir que, realmente no hay nada que puedas hacer. Solo puedes esperar. Y mientras estás en el tiempo de espera, mientras quede tiempo para que tu deseo se pueda cumplir, la esperanza te levanta el ánimo. Después.....no quiero pensar en ello ahora.
    Hay cosas que se pueden mejorar, pero si has levantado un edificio, sea pequeño o grande, llega un momento en que no hay mejoras posibles, solo colores distintos con los que pintar las paredes, y esto ya es algo subjetivo, que gusten a los demás es pura coincidencia; si hay varios edificios igual de buenos y cada uno pintado de distintos colores ¿ cual eligirán ? Es cierto que existen datos, cifras, estudios que recogen los gustos de la mayoría, pero tener en cuenta las estadísticas ¿ no conlleva perder autenticidad ? ¿ Se pueden aplicar las estadísticas a todo o solo a las campañas políticas y de venta, que al fin y al cabo son lo mismo ? Ahora que lo pienso, creo que si, que se puede fabricar o crear cualquier cosa para que guste a los demás. Y Ahora que lo pienso ¿ y a mi que me importa que lo que hago no le guste a los demás ? "

domingo, 23 de noviembre de 2014

S/T


UNA FLECHA, ¿ SI ?


LOS CUADERNOS DE GLORIA

  Dice Gadea que, a veces, vivimos engañados con algo, durante mucho tiempo, puede ser incluso, que durante toda la vida. Una traición, tarde o temprano se sabe, una puñalada por la espalda tiene las horas contadas para salir a la luz, una infidelidad, acaba descubriéndose. Pero hay cosas que se instalan en tu cabeza como una verdad absoluta y, si nadie te informa de que estás equivocado, es probable que nunca te des cuenta.
  Según Gadea, todos tenemos amigos, es lo más común, siempre y cuando no tengas algún trastorno mental grave, claro. Todos vivimos con el apoyo de nuestras amistades, independientemente de que esa amistad pueda tener, además, otra relación contigo como pareja, o padre, o hermano, o vecino. Son personas en las que confías absolutamente, personas que conoces de toda la vida o de hace poco tiempo. Pero, tanto a unas como a otras, crees conocerlas bien, o al menos, lo suficiente. Y entonces, cuando en un momento determinado, descubres que lo que habeís vivido juntos no es lo mismo para ti que para ella, te sorprendes. Y te reprochas: ¿cómo no tuve los ojos más abiertos?
  Me cuenta Gadea que su amiga Gloria siempre fue una señora, cuando tenía quince años y ahora que tiene 62. Gloria pasó la mayor y mejor parte de su vida en la casa donde crecieron sus hijos. Durante algunos años su madre, viuda, vivió con ellos, durante algunos años más, también bajo el mismo techo, estuvo su cuñada, soltera. Gadea y su cuñada aprendieron a quererse y lograron hacer un equipo casi perfecto. Los hijos de Gloria tenían el cuidado, el cariño y las atenciones culinarias de dos madres. ¡Ideal! Por las tardes, el patio manchego rodeado de apidistras, era testigo de sus conversaciones: nunca escuchó una queja que trascendiera los asuntos domésticos, ni un reproche que no tuviera que ver con las discusiones cotidianas. Y las preguntas que cualquiera se haría, quizás nunca se las hicieron directamente o quizás, y es lo más probable, ella no contestase con sinceridad. La cuñada de Gloria murió. Y una tarde,  sin motivo aparente, Gloria dejó su lectura y empezó a buscar en las innumerables cajas que guardaba en el trastero. Recuerdos aparcados en su memoria empezaron a saltar, a escapar con brío, como si hubiesen estado atrapados en una jaula. Pensó dejar de buscar pero, cuando estaba a punto de desistir, se topó con unos cuadernos que llamaron su atención porque no los reconocía. Claro, nunca antes los había visto. Gloria dejó todo desordenado y se bajó a su rincón de lectura. Dos días estuvo leyendo y releyendo las notas de su cuñada. Y hasta ahora sigue sin comprender cómo pudo vivir tantos años con una desconocida.


domingo, 16 de noviembre de 2014

ANTONIA TAMBIÉN MIENTE

Antonia miente todos los días. Miente con esas mentirijillas que consideramos "sin importancia".  Antonia tenía una persona que le ayudaba con las tareas de la casa, durante unas horas a la semana. La despidió sin una razón seria, simplemente no acababa de estar a gusto con ella. Le dijo que ya no necesitaba su ayuda porque ahora disponía de más tiempo y prefería hacer ella misma las tareas de las casa. Una mentira como una casa porque, nada en su vida diaria había cambiado desde que la contrató. La mujer preguntó a Antonia si tenía algún problema con ella y Antonia, contundentemente le dijo: no, no, ningún problema. Es, simplemente, que prefiero hacerlo yo misma. Una mentira como una casa. Pero, ¿cómo decir la verdad cuando la verdad es confusa, cuando se trata de razones subjetivas, tan subjetivas como que prefieres el color rosa al verde ? Y luego la mujer pregunta: ¿me llamarás cuando necesites a alguien? Y Antonia contesta: si, si, claro. Una mentira como una casa. Y Antonia es de esas personas que,  cuando se deciden a echar una mentirijilla, se queda aliviada pero, con cierto regusto amargo. Y a pesar de ese regusto desagradable, lo volvería a hacer. No encuentra otra salida mejor, o quizás, lo que no encuentra, es otra salida más cómoda. Porque, al fin y al cabo, decir la verdad , supone el esfuerzo de enfrentarse, de iniciar una situación violenta, y  además no dispones de armas válidas con las que luchar. Las armas válidas son la razón, y tus razones son subjetivas, o sea, porque sí. ¿Como defiendes eso? Pues echando una mentirijilla y a correr.......Por supuesto todo esto me lo ha contado Gadea.

jueves, 13 de noviembre de 2014

GANESH



                                                                                                  Ganesh, mitad hombre, mitad elefante. Abre todas las puertas.