QUIÉREME

viernes, 23 de septiembre de 2022

NADA QUE HACER

 21 de septiembre de 2022. Marta está echada en el sofá del salón: se tapa con una manta marrón hasta la cintura; al lado de su cabeza tiene un oso de peluche de tamaño mediano, con el brazo izquierdo abraza otro, un perro, del mismo tamaño. Carlos está sentado en el otro sofá del salón viendo su móvil. Mañana, Marta ya no estará aquí, a estas horas ya llevará varias en Milán. Carlos, el viernes, tampoco estará. 

El tiempo no se puede retener. Hasta que pueda volver a ver una imagen parecida pasarán varios meses, y eso sería en el mejor de los casos. Si pienso en ello, me ahoga la melancolía. Casi siempre es mejor no pensar.

De niña cuando viajaba a algún lugar, si me gustaba, si lo quería recordar, cogía hojas de los árboles u otras planas para conservarlas como souvenir. Ahora mismo tengo más interés en retener las cosas que pasan dentro de mi casa que las de cualquier lugar exótico que pudiera visitar. 

Ahora me gusta más mi vida personal, íntima; lo de fuera puede esperar. Todo puede esperar por muy urgente que pueda parecer porque, solo me interesa lo que pasa en mi casa.