QUIÉREME

viernes, 11 de diciembre de 2020

MARITA

  Marita murió en su casa de Santa Cruz de la Sierra el 13 de enero del 2020. Ese mismo día, el 18 del mes Yumada al-Wula de 1441, yo ingresé en un hospital de Riad. Días después, en medio de mis alucinaciones y bloqueo físico, vi a Rami, el marido de Marita, que venía a visitarme a la UCI. Entraba y se sentaba frente a mí como en un taburete de bar. Apoyaba los brazos en la barra, que era el mostrador de enfermería, y me miraba. Yo le decía mentalmente: ya sé, ya sé lo que vienes a decirme. Así fue como supe que mi amiga había muerto. 
  Marita, según su pasaporte María Leonor Roca Chávez, era pura energía. Era intensa, generosa. También era ocurrente y perspicaz. Tanto, que resultaba chistoso que su marido la llamase, bebé. Ella lo llamaba príncipe, palabra que no hacía más que resaltar la sencillez y humildad de Rami. La primera vez que les oías llamarse así, era como presenciar una escena íntima. La segunda, te sentías parte de la familia. Era una de sus virtudes.
  En aquellos días de enero mi conexión con ella se elevó y se hizo más estrecha. Después de ver a Rami imaginé a Marita, por encima de mi, sonriente y diciéndome: ¡vamos niña Sol! ¡vamos!. Hoy, aún lo recuerdo como si fuera real.


lunes, 7 de diciembre de 2020

La bombilla

  Subo la escalera. Desenrosco la bombilla y......se me escurre de entre las manos. Cae al suelo y se hace añicos. Trocitos de cristal fino y transparente se esparcen por el suelo de la habitación. Estoy a penas un metro por encima y parecen insignificantes pero, cuando eran uno, iluminaba con intensidad. A penas un metro de distancia me da la suficiente perspectiva para advertir la delgada línea que separa lo frágil de lo resistente, lo bello de lo triste, la luz de la sombra. Su fragilidad se ha revelado en tan corto período de tiempo que me parece cruel. Es cruel. El inventor del tiempo tuvo que ser alguien despiadado. Quizás brillante pero, sin duda bárbaro. ¿Cómo si no dejaría, que algo que luce, pueda convertirse en pedazos en un segundo? 

 Barro los cristalitos y los echo a la basura. Un suave rayo de sol entra al cuarto por una rendija de la persiana.