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viernes, 11 de diciembre de 2020

MARITA

  Marita murió en su casa de Santa Cruz de la Sierra el 13 de enero del 2020. Ese mismo día, el 18 del mes Yumada al-Wula de 1441, yo ingresé en un hospital de Riad. Días después, en medio de mis alucinaciones y bloqueo físico, vi a Rami, el marido de Marita, que venía a visitarme a la UCI. Entraba y se sentaba frente a mí como en un taburete de bar. Apoyaba los brazos en la barra, que era el mostrador de enfermería, y me miraba. Yo le decía mentalmente: ya sé, ya sé lo que vienes a decirme. Así fue como supe que mi amiga había muerto. 
  Marita, según su pasaporte María Leonor Roca Chávez, era pura energía. Era intensa, generosa. También era ocurrente y perspicaz. Tanto, que resultaba chistoso que su marido la llamase, bebé. Ella lo llamaba príncipe, palabra que no hacía más que resaltar la sencillez y humildad de Rami. La primera vez que les oías llamarse así, era como presenciar una escena íntima. La segunda, te sentías parte de la familia. Era una de sus virtudes.
  En aquellos días de enero mi conexión con ella se elevó y se hizo más estrecha. Después de ver a Rami imaginé a Marita, por encima de mi, sonriente y diciéndome: ¡vamos niña Sol! ¡vamos!. Hoy, aún lo recuerdo como si fuera real.


lunes, 25 de noviembre de 2019

BOLIVIA

Bolivia's former president Evo Morales accepts political asylum in Mexico
cnn.com

     Querida Bolivia,¿cómo estás?
 Solo sé de ti lo que dicen los periódicos y no pinta bien. Pero....tu eres mucho más. Hoy mismo he estado viendo fotos tuyas: ¡tienes tanta fuerza, tanta energía! Cualquiera que no te conociera la vería igual que yo, porque es tan potente que se ve, se toca, se huele. La envidio. No. La admiro porque siempre me siento cómoda contigo. 
 Los obstáculos contra los que estás luchando son fuertes. Ni me aproximo a ver lo que tu ves. Hay una parte de mi que confía absolutamente en ti, y sé que tienes ganas de vencer. Conozco tus ganas. Es verdad que, a veces, temo que las pierdas pero solo es el reflejo de mi propio defecto. Tu no las perderás. 
 Eres más lista de lo común, más astuta, más guapa y más simpática (ya sé, cuando estás entre amigos). Sabes muy bien lo que quieres y lo que no. Sabes vivir. Y sobre todo, sabes luchar. 
 Evo Morales ya se ha ido. Si vuelve otro, ya tienes experiencia, ya sabes cómo moverte, cómo tratarlo, o al menos, cómo torearlo. 
Te quiero. Te veré pronto.