Es cierto que el mundo es una cosa y que cada uno lo percibe de una manera, incluso aquello que la ciencia propone como verdad.
El conocimiento se me antoja esta mañana como imposible.
¿Cómo saber cuando lo que nos rodea es
sencillo y complicado,
profundo y superficial,
bello y feo,
interesante y banal,
amable y antipático,
grande y diminuto,
rico y miserable,
perfecto y defectuoso,
solemne y descuidado,
humilde y soberbio,
agradecido y egoísta,
culto e ignorante,
valiente y temeroso,
inteligente e imbécil,
laborioso y vago
curioso y pasota......?
La razón también tiene sus limitaciones, más de las que creemos. La intuición, las tripas y el corazón deberían tener más poder en el gobierno de la persona. Habrá que hacer una revolución para oírlas, para permitirles que tengan más poder y que gobiernen las áreas que tengan que gobernar. Quizás al principio nos equivoquemos pero con el tiempo y después de algunos errores que sucederán y que nos tenemos que permitir, razón e intuición se recolocarán y saldremos ganando con el nuevo gobierno; sus decisiones serán, seguro, más acertadas, más inteligentes.