QUIÉREME

lunes, 6 de enero de 2014

UNO

Ser uno,
Tener un millón.

¡ VICTORIA !

Mis padres eran muy guapos. Me lo dijo la empleada de una farmacia del pueblo. Yo ya lo sabía porque he vivido muchos años con ellos, bueno con mi madre menos de lo que me hubiese gustado. Ella nos dejó cuando yo era una niña, tan niña como mis hermanos que son más pequeños que yo. Nos dejó mucho antes de que yo sintiese la necesidad de saber quién era, qué pensaba, que sentía, por qué murió. Cuando ella estaba no me preocupaba nada sobre ella; se tiende a creer que una madre o un padre pueden con todo. Después aprendes que no, que hay cosas con las que algunos hombres no pueden, incluso aunque sean padres. Como el tiempo se parece tanto al chicle, que se encoje y se estira, que igual haces una bola que un hilo fino fino, es difícil saber qué es lo importante en cada momento. Hay mucha gente que actúa siempre como si lo supiera, o al menos eso pensaba yo, pero ahora se que no, que solo son apariencias o formas de autodefensa. Casi siempre, no siempre, casi siempre, te das cuenta de lo importante,  una vez que el tiempo te corre la cortina y te deja verlo. Yo se de mis madres que eran guapos. Poca cosa realmente. Pero,  piensa si la gente que te rodea sabe mucho o poco de sus padres, poco o mucho de las cosas importantes de sus padres: ¿saben con qué sueñan ? ¿ a qué tienen miedo ? ¿ que cosa les desestabiliza ? ¿ con qué no pueden ? Quizás sea ley de vida el que los hijos sepamos tan poco de los padres. Si tu sabes cómo son tus padres, para mi , eso, es una victoria.