QUIÉREME

domingo, 9 de octubre de 2016

LOS AÑOS Y EL TIEMPO


 Vicente Nerea le cuenta a mi amiga Gadea:
     
        "Hace cinco años tenía 45. Entonces pensaba que me quedaban 5 años de edad madura, después entraría en una etapa en la que me podrían llamar persona mayor. Realmente soy la misma persona de hace 5 años pero, entonces fue la última vez que pensé en un plazo tan largo. Ahora, me descubro a mi mismo haciendo planes para plazos, como máximo, de un año. Y si, ciertamente hay cosas que ya no pueden esperar; un año es un tiempo considerable cuando tienes 50. A esa edad el tiempo empieza a medirse de otra manera, con otra herramienta; comienza a ser un factor determinante. La levedad con que se siente el tiempo en la juventud se convierte en un elemento ineludible en la madurez. A la vez vives con pausa; el sosiego es necesario para sentir la intensidad en su justa medida. Si tengo a mano mi comida preferida me la como, si necesito descansar lo hago sin remordimientos, si tengo que quedar mal ante alguien me importa una mierda y si puedo hacer el amor cada noche lo hago".

martes, 20 de septiembre de 2016

martes, 12 de abril de 2016

JAPÓN, UN VIAJE EN EL TIEMPO






PERPLEJIDAD

     Sale un JEFE de ESTADO dando un discurso por la televisión vestido, no modestamente que sería correcto, sino chabacano que ya  dice mucho de él. Y cuando empieza a hablar confirma su chabacanería. Insulta a otro jefe de estado al que llama racista y basura, entre otras cosas. La gente que asiste al discurso asiente, muestra su acuerdo, apoya las palabras de su dirigente como si realmente les importase lo que dice. Yo miro con perplejidad la escena. Y pienso en la importancia de educar. Educación: desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales de un niño, enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía. Hay gente educada por naturaleza, personas que quizás no sepan utilizar correctamente los cubiertos pero, saben distinguir lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo,  la mayoría parece ser que necesita un poquito más de apoyo, algo más de orientación. Recuerdo situaciones en las que he sentido la misma perplejidad ante personas con cierta preparación académica, lo que significa que la educación y la preparación académica no son la misma cosa.
  ¿Cómo puede ser que gente mal educada dirija un país, una empresa, una institución, y millones de personas les rían las gracias y hagan posible que esos mal educados desarrollen sus carreras? Ni idea, pero podemos sacar varias conclusiones: 
Primera: la educación nos importa una mierda.
Segunda: algún dios del que nos han hablado no existe. Al menos ese que dicen que creó al hombre a su imagen y semejanza. No coincide. Dios está descrito de una forma y millones de hombres no son de esa forma.
Tercera: hay serios fallos genéticos. No variaciones como las que diferencian a las razas, sino errores en la ingeniería genética que hacen que algunas personas, por ejemplo, aplaudan las tonterias de sus líderes.     

martes, 22 de marzo de 2016

SOMETIDAS Y CONSENTIDAS

     Hace un rato iba junto a mi amiga Gadea, andando, a comprar una barra de pan al supermercado. Por la calle principal de la urbanización, condominio o compaund donde vivimos, nos cruza un carrito de esos que se suelen ver en los campos de golf. Lo conducía un chico filipino y trasladaba a una mujer saudí, a juzgar por su apariencia: abaya negra, pelo tapado, destacadamente maquillada y gafas de sol grandes y con adornos dorados como las que suelen usar las mujeres saudís, y en España, ese grupo de mujeres pijas que tambien acostumbran a usar ropa con estampados "animal print", que no es lo mismo que telas con estampados de animales, cuidado. Gadea, que mira de reojo el cuadro, comenta: "dicen que las mujeres aquí están sometidas, lo que están son consentidas".
    No, no se trata de un comentario vano ni insensible. Una mujer saudí se sienta en la pescadería a esperar su turno. Toma asiento en la tienda de telas, delante del mostrador, mientras al otro lado, el dependiente desenrolla piezas y piezas de tela ante sus ojos, con la esperanza de que se decida pronto por alguna. Si trabajan en una tienda, esperan a que un hombre mueva las cajas que quizás solo contengan bragas, en ningún caso plomo o ladrillos. Si estás en la cola de la caja de HyM, ándate con atención, porque la que más tapada esté, ésa se te va a colar, porque esperar no está en su patrón de conducta, ella tiene que ser atendida en el momento en que lo desee. A veces, parece como si las máscaras las despojasen de las más mínimas reglas de educación, como si les proporcionasen inmunidad para la grosería.
    A una mujer saudí le regalan oro desde el día en que nace. Cuando se casa recibe una dote de 100 mil reales, es la cantidad más común y equivale a unos 30 mil euros. El oro y la dote son exclusivamente para ella, son su patrimonio,  porque el marido está obligado a darle casa y proporcionarle todo lo que necesite. Una mujer saudí de clase media tiene sirvienta, chofer, visita a menudo los salones de belleza. Y todo bajo la mayor justificación que puede haber, la religión y la costumbre que deriva de la religión; el hombre tiene que darle dinero y ella tiene que estar arreglada y guapa porque el matrimonio es sagrado y así tiene que ser.
  Hay madres saudís con hijos estudiando en Estados Unidos que se debaten entre buscar una nuera saudí o esperar a que sus hijos escojan una extrajera. A favor de éstas últimas alegan que son menos caprichosas y exigen menos a los maridos. 
Una mujer saudí no sale corriendo del trabajo para recoger a los niños, hacer la compra, preparar la comida, la cena, hacer la colada y, al día siguiente, vuelta a empezar, y sin tiempo para arreglarse el pelo o las uñas.
     Las mujeres en Arabia se dejan consentir. 
   

martes, 16 de febrero de 2016

FEOS

      Dice Gadea que el otro día estaba viendo una serie de televisión que se llama From Dusk Till Dawn y que uno de los protagonistas, que es malo malísimo y además sufre alucinaciones, tiene en la cara la misma piel de cerdo que tenía su ex cuñado. Suena feo, añade Gadea como forma de disculpa, pero es la mejor descripción. Es esa piel gruesa que hace pliegues gruesos y que tiene poros grandes, como volcanes si la cara fuera la tierra. Es una piel blancuzca aunque esté bronceada y que parece cubrir una extensa capa de grasa animal, dura y poco flexible. Sé que sabes de lo que hablo. Sé que has visto esa piel alguna vez. Parece ser que con la edad ese tipo de piel no se arruga mucho, pero aún así no la quisiera para mi, no entra en mi sentido de la belleza ni en mi lista de deseos.
 
     Solo fue una apreciación que la llevó a repetir, una vez más, su idea de que la belleza es algo subjetivo y que una persona que ves guapa es buena para ti y viceversa, que una persona buena para ti la ves guapa. Así de simple. Y de ahí me volvió a repetir el consejo que una vez le dio un amigo; estaba Gadea contando a su amigo sus problemas con una compañera de trabajo y su confidente le aconsejo que contestara a sus agravios llamándola fea. Dile, le dijo su amigo, que es muy fea. Gadea cuenta que le pareció un consejo tonto, un insulto infantil. Ahora, según ella misma asegura, ha cambiado de opinión y se arrepiente de no haber llamado feo o fea a todos las personas con las que ha tenido diferencias irreconciliables porque "realmente todas ellas me parecen feas feas feísimas".
   
      Como es difícil, no imposible pero si poco probable, que Gadea llame fea a alguna de esas personas activamente opuestas a ella, a alguna de esas personas que han actuado con mala leche contra Gadea, yo lo voy a hacer por ella: eres muy fea . 

miércoles, 13 de enero de 2016

LA MUJER DE PLÁSTICO

Syed es un egipcio que trabaja de chófer en un país donde a las mujeres les está prohíbido conducir. Syed ha descubierto que una de sus clientas es de plástico. Me lo ha contado Gadea. Quienes conocen a la mujer de plástico dicen de ella: es maja, correcta, ya quisiera yo estar así a su edad. Es todo. Son todos los comentarios que Gadea ha escuchado sobre la mujer de plástico. Gadea misma asegura que es incapaz de añadir algo más, de sumar un calificativo un poquito más pasional, bien sea positivo o negativo. No se la odia ni se la ama. Se ve guapa, pero no se la envidia. Intelectualmente parece seguir un carril determinado, según Gadea, un carril dibujado por alguien con capacidad de manipularla, probablemente su marido, a quien le ríe todas las gracias, incluso sus chistes clasistas. Su apariencia destaca sobre la mayoría debido al cuidado con el que se viste, se peina y se adorna. Su aspecto es tan esmerado y metiloso que, efectivamente, es antinatural. Sus gestos corporales, su postura es tan recta y medida que un gramo de espontaneidad le vendría bien.  Y su discurso, tan politicamente correcto y falto de ideas propias que es raro que pueda despertar interes. Con todo esto que me ha contado Gadea la conclusión de que es de plástico parece adecuada. Pero la cuestión es que no sabemos nada de ella, es hermética, es como una lata de sardinas, y es necesaria una herramienta específica para abrirla. Ahora bien, si pudiésemos abrirla ¿qué encontraríamos dentro? ¿a una muñeca de Famosa o a una mujer reprimida y manejada?