Estoy sentada en el salón de mi casa; veo un cielo completamente limpio, completamente azul;
las copas de los árboles lucen sus hojas nuevas, verdes;
lo que me rodea está en una impecable calma.
Pasa un rato y el alto verde se balancea, parece que bailase;
el más alto azul está ahora moteado de blanco;
las nubes vienen hacia mí, como a mi encuentro.
El rato se ha hecho grande y vuelto a estar sentada;
el verde brilla y parece enojado por tan violentas embestidas;
el azul casi ni se ve; el cielo se ha elevado para dejar paso al malhumorado viento y a las plomizas nubes.
Yo, SOLO, puedo observar que es un maravilloso día de primavera que terminará con lluvia.