viernes, 15 de marzo de 2013
NO HAY MARCHA ATRÁS
Dice mi amiga Gadea que cuando cruzas la línea, no hay marcha atrás, para lo bueno y para lo malo. Asegura que hay momentos en los que notas que algo ha cambiado pero, aún no sabes, o no quieres saber, qué. Esos momentos suelen ser desestabilizadores, irritantes, angustiosos, deprimentes. Y por ello piensas que la situación, y ese estado de ánimo tuyo insoportable, es momentáneo. Siempre piensas que pasará. Y sí, pasa, pero después de mucho tiempo y cuando ya has comprendido qué te hacía estar así; para entoces "eso " , la cuasa de tu malestar, ya tiene cuerpo y por eso tú sonrisa volverá, sí, pero será distinta; nada vuelve a ser como antes. El viaje siempre se emprende mucho, mucho antes de que hagas las maletas. Y me refiero a todo tipo de viaje, el físico y el mental; el que te traslada de un lugar a otro, y el que te traslada a uno u otro lado de la línea, el que te tira la estantería, como decía un amigo mío, y luego te obliga a levantarla y recolocarla, sin lo que se ha roto y con lo nuevo que has ido adquiriendo.
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