QUIÉREME

lunes, 21 de noviembre de 2011

LA INDOLENCIA

El primer chico que me sorprendió, me cuenta mi amiga Gadea Díaz, lo hizo porque me llamó indolente. Me dijo: eres una indolente. Me sonó como si me hubiera dicho: eres maravillosa. Durante algún tiempo pensé que quizás era una indolente, pero nada más lejos de la realidad. La indolencia es una apariencia, una puerta blindada detrás de la que esconderse. De vez en cuando compraba revistas de fotografía, soñaba con una máquina en mis manos y pasaba el día haciendo fotos imaginarias. De vez en cuando compraba revistas de armas, imaginaba dianas y yo disparaba, siempre daba en el blanco. Me hacía con revistas de viajes y allí me plantaba, volvía a la hora de la cena. Hasta que me cansé de soñar y,  en vez de mostrar entusiasmo,  mostraba indiferencia: ¡que tontería!, a mi eso no me interesa. Nada me interesaba porque no sabía como alcanzarlo. ¡Todavia no lo se!. Yo no se que decirle a mi amiga ¿ y tu?.
¿como se cura la indolencia? ¿como se superan las frustraciones?