QUIÉREME

viernes, 14 de febrero de 2014

UNA NOCHE DE PERROS

     Ayer hizo una noche de perros, llovía y el viento parecía protestar por las injusticias del mundo. Fue la impresión que tubo Gadea y así lo contó. Lo hizo en medio de una coversación,  en la que, principalmente,  se lamentaba porque sentía que en los últimos años había perdido a un amigo. "Me suena a demasiado manoseado, pero nunca pensé que eso podría suceder", me decía Gadea.  "Mi amigo me dió muchas pistas, muchas, durante mucho tiempo, incluso podría decir que me daba una señal cada vez que lo veía. Y como pasa con las cosas que no quieres que suecedan, lo disculpaba, tarde o temprano lo excusaba. Varias veces me he ido de su lado porque me sentía incómoda. Algún amigo en común me decía: no te preocupes,  es así con todo el mundo". Durante algún tiempo lo he creído pero, ahora, se,  que he perdido a un amigo ".
  Gadea estaba triste pero, sobre todo, se sentía cabreada. Me contaba las señales que su amigo le daba para comunicarle el siguiente mensaje : ¡que te pires que paso de ti ! Y me decía que ni siquiera sabía bién a que se debía ese distanciamiento , ese rechazo,  que el amigo de Gadea mostraba hacía Gadea. Ella dice que puede ser un cóctel de envidia, influencia de otra persona, malestar por sus problemas personales . ¡Quién sabe! Todo y nada puede ser. De todas formas igual que te distancias puedes volver a acercarte, si se dan las circunstancias adecuadas. A mi,  ahora, me interesan más los amigos de los que yo me he distanciado conscientemente, esos a los que no he cuidado adecuadamente y como debía, esos que, a veces, me han hecho sentir que yo soy más importante para ellos, que ellos para mi . Porque cuando me doy cuenta de eso, por mucho que haga a partir de eso momento, siempre me siento desagradecida, y ese sentimiento es tan feo como una noche de perros: aunque estés caliente en tu cama,  no puedes dejar de oir la lluvia y el viento que parece quejarse y protestar, que parece lamentarse como si le dolieran las muelas.