QUIÉREME

martes, 6 de julio de 2021

NO ME GUSTA LA NIVEA

 Hay quien piensa que la Naturaleza es perfecta, que la Tierra, el cuerpo humano y la Vida es perfecta. Yo creo otra cosa: creo que son asombrosas porque nos sobrepasan, que las vemos asombrosas porque conocemos menos de lo que desconocemos, que nos queda tanto por descodificar que las pensamos perfectas. Pero hay volcanes y terremotos, enfermedades y vejez, vidas truncadas y dolorosas y mucha pobreza: demasiado violento para considerarlo perfecto -a no ser que empecemos a ver belleza en la violencia-. De momento solo puedo ver belleza en la lava de un volcán si la veo a través de una pantalla a miles de kilómetros; puedo ver belleza en un anciano si conozco algo más de él; no puedo verla en un político corrupto si no roba como los chicos de Danny Ocean -George Clooney- en sus películas, y no lo hacen. Y además lo finito ¿es perfecto?, ¿es bonito? ¿Cómo puede ser perfecta la Naturaleza si nos ofrece un número finito de mañanas? Las mañanas son frescas, renovadoras. Y esforzándome, podría aceptar que se acabaran las mañanas pero ¿y las tardes? ¿Cómo puede haber perfección sin tardes? Las tardes son afectivas, creativas. No, este no es un Mundo Perfecto, si las tardes están contadas.


domingo, 4 de julio de 2021

¡ADIVINA QUIÉN ES QUIÉN!

Mi habitación del hospital tenía tres camas: a, b y c. Tenía también tres armarios de, aproximadamente, un metro de ancho y dos de alto; armarios imposibles para un parapléjico. Había tres tableros que hacían de mesa. En cada mesa una silla, se supone que para las visitas porque los pacientes se mueven en sus propias sillas. Las electrónicas no se pueden acercar a la mesa suficientemente, supongamos para comer: el mando para conducirla sobresale hacía adelante y hacía arriba del reposabrazos. La silla manual si permite acercarse a la mesa para hacer con comodidad cualquier cosa. 

En la mesa de la cama a podías encontrar: un estuche repleto de todo tipo de maquillaje, un adaptador para utilizar algunos de esos objetos, por ejemplo, el lápiz de ojos. También había un secador y una plancha de pelo, peines, cepillos, un espejo en forma de tríptico con un píe y luces a los lados, toallitas húmedas, una caja repleta de chocolates, chuches, cruasanes de chocolate, una tablet, un teléfono móvil .

En la mesa de la cama b había: una caja con panes tostados, ciruelas pasas, latas de sardinas y alguna fruta que acababa pasándose. Un portátil, cascos, un ratón, un cepillo de dientes eléctrico, unos calcetines calefactables, un portarretratos o marco electrónico, un ladrón con tres enchufes, cuatro libros viejos, un cuaderno, varias férulas para las manos, unos tulipanes rosas artificiales. 

En la mesa de la cama c podías ver: dos perros de peluche grandes, otro pequeño, una nevera roja, un espejo redondo con píe, bolsas con galletas de chocolate, un bote de nesquik, un matamoscas, una tablet.