QUIÉREME

martes, 6 de julio de 2021

NO ME GUSTA LA NIVEA

 Hay quien piensa que la Naturaleza es perfecta, que la Tierra, el cuerpo humano y la Vida es perfecta. Yo creo otra cosa: creo que son asombrosas porque nos sobrepasan, que las vemos asombrosas porque conocemos menos de lo que desconocemos, que nos queda tanto por descodificar que las pensamos perfectas. Pero hay volcanes y terremotos, enfermedades y vejez, vidas truncadas y dolorosas y mucha pobreza: demasiado violento para considerarlo perfecto -a no ser que empecemos a ver belleza en la violencia-. De momento solo puedo ver belleza en la lava de un volcán si la veo a través de una pantalla a miles de kilómetros; puedo ver belleza en un anciano si conozco algo más de él; no puedo verla en un político corrupto si no roba como los chicos de Danny Ocean -George Clooney- en sus películas, y no lo hacen. Y además lo finito ¿es perfecto?, ¿es bonito? ¿Cómo puede ser perfecta la Naturaleza si nos ofrece un número finito de mañanas? Las mañanas son frescas, renovadoras. Y esforzándome, podría aceptar que se acabaran las mañanas pero ¿y las tardes? ¿Cómo puede haber perfección sin tardes? Las tardes son afectivas, creativas. No, este no es un Mundo Perfecto, si las tardes están contadas.


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