QUIÉREME

domingo, 16 de noviembre de 2014

ANTONIA TAMBIÉN MIENTE

Antonia miente todos los días. Miente con esas mentirijillas que consideramos "sin importancia".  Antonia tenía una persona que le ayudaba con las tareas de la casa, durante unas horas a la semana. La despidió sin una razón seria, simplemente no acababa de estar a gusto con ella. Le dijo que ya no necesitaba su ayuda porque ahora disponía de más tiempo y prefería hacer ella misma las tareas de las casa. Una mentira como una casa porque, nada en su vida diaria había cambiado desde que la contrató. La mujer preguntó a Antonia si tenía algún problema con ella y Antonia, contundentemente le dijo: no, no, ningún problema. Es, simplemente, que prefiero hacerlo yo misma. Una mentira como una casa. Pero, ¿cómo decir la verdad cuando la verdad es confusa, cuando se trata de razones subjetivas, tan subjetivas como que prefieres el color rosa al verde ? Y luego la mujer pregunta: ¿me llamarás cuando necesites a alguien? Y Antonia contesta: si, si, claro. Una mentira como una casa. Y Antonia es de esas personas que,  cuando se deciden a echar una mentirijilla, se queda aliviada pero, con cierto regusto amargo. Y a pesar de ese regusto desagradable, lo volvería a hacer. No encuentra otra salida mejor, o quizás, lo que no encuentra, es otra salida más cómoda. Porque, al fin y al cabo, decir la verdad , supone el esfuerzo de enfrentarse, de iniciar una situación violenta, y  además no dispones de armas válidas con las que luchar. Las armas válidas son la razón, y tus razones son subjetivas, o sea, porque sí. ¿Como defiendes eso? Pues echando una mentirijilla y a correr.......Por supuesto todo esto me lo ha contado Gadea.