QUIÉREME

jueves, 26 de septiembre de 2019

S/N

He vuelto a soñar con mi madre. Yo estaba dentro de un coche. Me iba. Alguien entra en el coche y me besa, con cariño, con cierta pasión. Yo intuía que mi madre andaba por ahí y me sentía algo incómoda porque era casi seguro que me vería. La persona que me besaba, como leyendo mis pensamientos, me dice: tu madre me ha dicho que viniera, vengo a despedirme. Si, ella estaba por ahí alrededor del coche y no solo me veía sino que consentía esos besos.

Hay un poco de viento. Se mueven las hojas de los árboles de este desierto. Dicen que en unas horas el paisaje del desierto cambia porque el viento hace y deshace las dunas a su antojo y donde le apetece. ¿Y nosotros? ¿Somos como las dunas? Si vamos de un sitio a otro, ¿cómo vamos a ser lo mismo? Algún grano de arena dejaremos en el camino, otros nuevos se nos adhedirán. O no.

Suena el rezo. ¿Qué tiene que ver la religión con ser buena persona?¿Qué es ser buena persona? Hay quien mata por compasión. Y también en nombre de Dios. Algunas veces hacemos daños sin querer. Otras queriendo y la mayoría de las veces, por indiferencia, quiero creer.

No solo en el trabajo he sido poco ambiciosa, lo he sido en todos los ámbitos. Veía lo que me gustaba en un escaparate muy lejos de mi, tan lejos, que el deseo se disipaba pronto, demasiado lejos, demasiado pronto. Lo que el escaparate exponía no estaba hecho para mi; era como si estuviese condenada a tener solo lo que el mundo donde nací me proporcionaba. Ha sido así la mayor parte de mi vida. Espero que no sea tarde para dar un giro de 180 grados. En mi cabeza ya se ha producido. Ahora falta que se materialice.

También sé que las cosas están donde tienen que estar y son como tienen que ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario