¿Hacia dónde voy?
¿Hacia dónde vamos cada uno de nosotros?
Sé que mañana, lo más probable, es que esté en el mismo sitio que hoy, que, más o menos, haga las mismas cosas que hoy, que esté con las mismas personas, que tenga los mismos anhelos, las mismas penas. Y mañana, respecto a cualquier otro día de dentro de una semana, un mes, un año, cuatro años, será lo mismo: estaré en el mismo sitio, con la misma gente, con los mismos sueños y las mismas pesadumbres.
Pero, ¿hacia dónde voy? ¿Cómo me iré transformando física y mentalmente?¿Cómo será mi estado existencial? ¿Que pensaré? ¿Que querré? ¿Cúal será mi estado final?
Las palabras me resultan insuficientes para expresar exactamente lo que quiero expresar; es como si yo tuviera que atornillar un tornillo con cabeza cilíndrica y solo tengo atornillador para tornillos con cabeza Phillip. Se puede hacer pero el resultado.... no va a ser bueno. Con el lenguaje pasa lo mismo: te puedes expresar pero, hay veces, que es una herramienta, insuficiente. No llega a donde tiene que llegar. Por su propia naturaleza, por sus propios límites.
Haciendo un ejercicio de imaginación también te puedes aproximar a ese sitio. Y delante de un espejo te puedes ver dentro de unos años, pero está claro no será exactamente así, porque hay cosas que escapan a la imaginación humana, a la predicción, a la inteligencia y hasta a la intuición que, en este caso, puede que sea el recurso más eficaz que tenemos.
¿Hacia qué estado me dirijo?
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