QUIÉREME

miércoles, 12 de noviembre de 2014

A MERCEDES LE GUSTA EL VINO BLANCO

     A Mercedes no se le mueve un pelo. Más que pelo parece peluca de tan colocado y tan bien coloreado. Sus manos están impecablemente cuidadas y adornadas, su rostro, pesadamente maquillado. Su ropa, estirada, frecuentemente estampada de felino, y un pelín sofisticada para ir a dar un paseo. Su postura corporal, de bailarina, recta, controlando cada movimiento, educadísima. Y a esta descripción hay que añadir otra característica que, generalmente, va en el lote: comer poco aparentando comer mucho; si quieres manter la figura no puedes pasarte ni un gramo pero,  a esta disciplina hay que vestirla de desinterés, de "yo como de todo y todo lo que me apetece". ¡Que mentira! Pero, es una mentira vana, de esas que nadie se cree, de esas cuyo objetivo principal es autoengañarse, se trata de una pequeña trampa hecha por y para el propio mentiroso. Entonces, una mentira que nadie se cree ¿ es mentira? Yo diría que si porque, al fin y al cabo, la intención es ocultar, transformar, maquillar la verdad vaya destinada a quien vaya.
Y un apunte más: generalmente, el aparente desinterés por la comida va acompañado de un toque de sofisticación representado en una copa de vino, suele ser blanco. ( ¡Para que veas que no me importa engordar, me tomo una copa de vino! ) Snob.

No hay comentarios:

Publicar un comentario