QUIÉREME

domingo, 20 de julio de 2014

UN SUEÑO DE GADEA

Dice Gadea que anoche no podía dormir. Estuvo viendo la tele y leyendo hasta bien entrada la madrugada. Se metió en la cama con el propósito de atrapar el sueño como fuera. Seis horas después se despertó feliz. Había tenido un sueño raro pero dichoso. Me cuenta Gadea que estaba en el campo. Allí, sus antiguos compañeros de trabajo, hacían sus tareas. Ella, se sentía angustiada porque no sabía si trabajaba allí o no,  pero debía hacer algo, escribir algo, y no le dejaban puesto ni ordenador. Dice que iba de grupo en grupo y nadie le hacía caso. Entonces decidió irse a casa a trabajar. "No se qué escribí", asegura Gadea," pero lo entregué a tiempo y sentí paz y orgullo por haberlo conseguido, a pesar, de tantos impedimentos, a los que, a veces, llamamos compañeros" . Y ahí no acaba todo: resulta que Gadea vuelve al campo (oficina) y sus colegas , si cabe, la ignoraban más aún. Bien, pues claramente no existe una relación directa pero, Gadea despierta e interpreta que sus amigos la ignoran porque lo que había escrito era bueno. En la siguiente escena del sueño, Gadea recogía un premio por ese trabajo y asegura que, además la dotación económica era altísima. Un sueño bonito, si, pero ahora mi amiga está obsesionada en recordar qué escribió, sobre qué, cómo lo hizo. Ni una sola palabra de ese estupendo trabajo viene a su mente. Yo le digo que eso no importa,  y que piense que, a veces, los sueños se cumplen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario