QUIÉREME

Mostrando entradas con la etiqueta orgullo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta orgullo. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de octubre de 2023

S/T

 Soy de un lugar cuyo nombre no quiero escribir aquí. Dicen que de allí son los porteros de Madrid. No sé. Yo solo conozco a uno que, sí, fue portero y vive allí, en un sitio estupendo que ya quisiera yo para mí; sus hijos tiene muchos estudios y buenos trabajos y además uno, es artista. La gente de este lugar puede llegar a ser persona de mucho ingenio, creativa, inteligente y admirada. Y si bien algunos autores los han usado como ejemplo de pobretones y bastos campesinos que, aunque con mucho juicio, los describen con pocos recursos y sueños, yo puedo decir que otros, los consideran personas justamente orgullosas que ven al rico y al pobre, al amo y al sirviente, como iguales, porque si lo que hace, lo hace bien, merece todo el reconocimiento, y tan importante es saber mandar como saber ejecutar lo mandado. Dijo Manuel Azaña en un discurso: "Cada castellano (ups ya he dado una pista) es un señor y puede decir que su casa es un castillo aunque le falte el tejado". 

martes, 7 de junio de 2011

SABER RECIBIR

        Hay quien no sabe llorar y hay quien, va más allá,  y no sabe mamar. El otro día leí un texto que contaba esto: un obispo anciano invita a cenar a un grupo de sacerdotes jóvenes. El obispo,  que casi no  puede andar,  se levanta para servir agua a sus invitados y todos se niegan, todos aseguran que no quieren agua para no cansar al anciano. Pero hay una excepción, uno de los curas jóvenes le acerca el vaso para que le sirva el agua. Y resulta que el anciano se siente feliz de dar y contento de que alguien lo haya aceptado.
       Yo, puedo decir que cuando compro un regalo no puedo esperar para darlo. Me gusta hacer regalos. Y también me gusta recibir regalos. Pero mi amiga Gadea Díaz dice que no se trata de eso. Dice que a veces levantamos un muro ante nosotros mismos para no recibir ciertas cosas, o no recibir de ciertas personas, o de ciertos sitios. Es un muro filtro, un muro que deja una puerta abierta a un regalo de un amigo pero que,  muchas veces,  no permite que recibamos un objeto valioso, o dinero, o ayuda. El muro que no nos deja recibir está hecho de orgullo, esto es: "arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas".  La palabra "orgullo" no suena mal pero no trae más que problemas.