Patrimonio Nacional autoriza la exhumación de las víctimas enterradas en el Valle de los Caídos
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Cuando llegué estaba todo preparado para comenzar el ensayo. La obra empezaba con una voz en off de mujer. Esa voz en off contaba que ella era una niña cuando a su madre se la llevaron y le raparon el pelo. Más tarde, junto a otras mujeres, la obligaron a caminar ante los ojos de los vecinos del pueblo para que vieran su cabeza afeitada. Su padre estaba preso.
Decía que, debido a su corta edad, tuvieron que pasar algunos años para comprender el alcance todo aquello. Hoy, que ya han pasado no algunos sino muchos años, las imágenes y las palabras vistas y oídas en aquellos momentos, siguen produciendo dolor. Hasta yo misma lo sentí al reconocer su voz; la mujer que hablaba estaba sentada a mi derecha. Yo la conocía desde hacía años, era la madre de un amigo y la apreciaba con sinceridad.
-Pero….¿tu has vivido eso? Le pregunté, con emoción y sorpresa.
-Si, hija mía. Me respondió con serenidad y con tono maternal.
Hasta ese momento no había tenido claro si había que desenterrar a los muertos o era mejor pasar página, no remover el pasado. Decidí inmediatamente y sin duda que la exhumación de las víctimas enterradas en el Valle de los Caídos sería, cuando llegara, una buena noticia.
