CONTRADICCIONES

  ¿Cómo contar ciertas cosas sin el talento de Eduardo Galeano, o García Márquez, o Rainer Maria Rilke?
  Mi amigo Marc tiene un montón de animales. Le gusta verlos nacer, crecer y reproducirse. Le apasiona observar cómo se comportan. Marc dice que hay humanos que son como patos, o conejos, o  gatos o agaponis. Incluso, asegura que hay humanos que son auténticos leones y otros son verdaderas hienas. Él llama a sus animales con nombres de personas. Esto desagrada a alguna gente; hay quien piensa que no está bien, que a los animales hay que ponerles nombres de cosas o palabras inventadas. Marc contesta a esto que los animales son sus mejores amigos, incluso tiene un amigo cuervo que, a veces,  le saca de quicio porque le esconde los cigarrillos, herramientas como tornillos o un martillo, cualquier cosa que tenga entremanos. Y el cuervo, a pesar de las reprimendas de Marc, siempre está a su lado, le sigue a cada paso.
  Si lees esto podrías pensar que Marc es una persona solitaria que huye de la gente. No es cierto; Marc es sociable, amigable y cariñoso. Sin embargo, sus ratos más auténticos, los vive cuando está solo con sus animales. Se trata de una de esas contradicciones que todos llevamos dentro; hay personas que cambian de pareja cada dos meses y que,  en su intimidad, no desean otra cosa que tener una pareja estable; hay personas que parecen auténticos fenómenos de la comunicación y que, en su intimidad, no tienen nada que decir; personas de pocos amigos y que harían cualquier cosas por cualquier persona que se lo pidera; hay juerguistas con alma de ermitaño, mujeriegos que solo quieren a los hombres, seductoras que solo se quieren a si mismas. Todo tenemos contradicciones que nos hacen ser quien somos.