Mi amiga Gadea me preguntaba esta mañana si podía ver, oír o leer las noticias sin ponerme de mala leche. Le he dicho que los periódicos de papel, en este momento de mi vida, me aburren, y que sigo algo la actualidad por la tele pero, sin mucho entusiasmo. Las noticias no me alimentan de ninguna manera. Después de diez minutos viendo la tele solo puedes sentir miedo, si te lo tomas en serio, y las cosas no son así. El miedo no lleva a ninguna parte. Y últimamente me han pasado algunas cosas que me han recordado que hay buena gente por ahí, que no todos son tesoreros del PP o duques; hay gente buena, recuerda Gadea. Hay gente amable, gente que hace bien su trabajo, incluso funcionarios, que siguen trabajando si es necesario aunque estén fuera de su horario, y gente que te echa una mano y te dice la verdad aunque eso le suponga una buena regañina en su trabajo. A todos ellos gracias.
Me gustáis, como me gustan las calas y los sombreros; me gusta que esteís y estén a mi alrededor.
García Montero, un grande, lo hace. Unir en un mismo párrafo la ropa de diario con un exclusivo pañuelo. Pensar y soñar. Compatibles en la escritura y en la lectura. Electrodomésticos parlantes con calas y sobreros. Y quien lee, cree leer en las calas y sombrero, mañana de playa solitaria, y son flores. La maravilla de la escritura y la lectura.
ResponderEliminarUn invierno propio. En la mesilla siempre.