Me llamo Adam, y mi nombre ha marcado mi vida. Nací en una ciudad que se llama
Qana. Está al sur de Beirut, al sur también de Tiro y al lado de Naquora.
Debajo, está Israel. Si te gusta
viajar pienso que, al menos,
habrás oído hablar de la capital de mi país, Beirut. Dicen que es
preciosa, no he estado allí pero, me muero de ganas por ir. Está al lado del
mar, en un lugar que se llama Bahía de San Jorge.
Se llama así por algo que
ocurrió hace mucho tiempo, algo
extraordinario, fantástico. Verás: un enorme, triste y fiero dragón eligió ese
lugar para hacer su nido y depositar sus huevos. El nido era grande, grande,
cada huevo tenía al menos el diámetro del minarete de Qana. A unos pasos del
nido había una fuente natural que bajaba el agua buena y dulce de las montañas
hasta el pueblo. Pero el dragón no permitía que nadie se acercara a su nido y
por tanto tampoco podían acercarse a la fuente. Estaba incubando sus huevos y
cuidaba a sus futuras crías con fuego. Sus rugidos eran tan broncos que hacían temblar al hombre más
bravo.
El pueblo iba
perdiendo la paciencia pero no sabían como derrotar a aquel monstruo. A
si que rezaron, rezaron y rezaron. Sus suplicas fueron escuchadas.
Continuará..........
Mai Raymundo
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