QUIÉREME

martes, 21 de junio de 2011

LAS VERDADES QUE TODOS CONOCEMOS

Todos sabemos que "el dinero atrae al dinero", que "en perro flaco todo son pulgas", que "las desgracias no vienen solas", como las alegrías.  Dice mi amiga Gadea Díaz que deberíamos prestar más atención a esas frases que tantas veces hemos oído y otras tanta hemos despreciado por su popularidad. Dice,  que a veces, se ha sentido sorprendida cuando de pronto se le ha revelado el significado de frases como esas,  o incluso,  de los cuentos clásicos con los que todos hemos crecido, cuentos como Cenicienta,  Caperucita  y todos esos de príncipes y princesas.  Me ha contado que,  a veces tiene la sensación de no haber escuchado nunca, que a veces ha sentido que todo lo que decían nuestros mayores estaba en clave,  que le parece perverso el esfuerzo que nos piden de niños para entender los mensajes de los cuentos y de las palabras en general. Y lo peor es que eso no cambia nunca. De mayores los mensajes que recibimos de nuestro entorno siguen estando en clave. Pero, entendido uno, entendidos todos. Por ejemplo: " el dinero atrae  al dinero", eso significa que el dinero atrae al dinero, nada más.

jueves, 9 de junio de 2011

COMO MANTENERSE EN LA LÍNEA

Si estás en ella, lo primero es mantenerse. Agárrate fuerte, aunque solo sea con un dedo. De todas formas, si ese dedo se escurre, no sufras, recuerda que la línea está cerca de tí, que con un impulso la vuelves a recuperar, vuelves a asirla como un trapecista a su trapecio tras dar una velta en el aire. Los especialistas, psicólogos y demás, dicen que el secreto está en tu mente, en tu forma de pensar, dicen que somos lo que pensamos, que los pensamientos son cosas y que por eso hay que esforzarse en pensar en positivo.  Haces o no haces dependiendo de lo que piensas. Quizás el ejemplo más popular sea el " Yes,  we can" de Obama. Mi amiga Gadea Díaz dice que todos hemos repetido esa frase cuando Obama hacía campaña,  pero pocos se han parado a pensar en la fuerza de esas palabras. Dice mi amiga Gadea que le costó años decidirse a ir a una autoescuela, siempre pensó que era incapaz de conducir un coche, alguien se lo dijo un día y ella se lo creyó durante mucho tiempo. Se sacó el carné por necesidad y ahora piensa que es el mejor invento del hombre.  Continuará.

martes, 7 de junio de 2011

SABER RECIBIR

        Hay quien no sabe llorar y hay quien, va más allá,  y no sabe mamar. El otro día leí un texto que contaba esto: un obispo anciano invita a cenar a un grupo de sacerdotes jóvenes. El obispo,  que casi no  puede andar,  se levanta para servir agua a sus invitados y todos se niegan, todos aseguran que no quieren agua para no cansar al anciano. Pero hay una excepción, uno de los curas jóvenes le acerca el vaso para que le sirva el agua. Y resulta que el anciano se siente feliz de dar y contento de que alguien lo haya aceptado.
       Yo, puedo decir que cuando compro un regalo no puedo esperar para darlo. Me gusta hacer regalos. Y también me gusta recibir regalos. Pero mi amiga Gadea Díaz dice que no se trata de eso. Dice que a veces levantamos un muro ante nosotros mismos para no recibir ciertas cosas, o no recibir de ciertas personas, o de ciertos sitios. Es un muro filtro, un muro que deja una puerta abierta a un regalo de un amigo pero que,  muchas veces,  no permite que recibamos un objeto valioso, o dinero, o ayuda. El muro que no nos deja recibir está hecho de orgullo, esto es: "arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas".  La palabra "orgullo" no suena mal pero no trae más que problemas. 

lunes, 30 de mayo de 2011

SABER PEDIR

Alguna vez he pensado que hay dos clases de personas: las que saben pedir y las que no. Hay gente que parece que todo lo que hay a su alrededor es suyo y lo pido o lo usa sin escrúpulos. Y hay gente tan tímida que cuando necesita o quiere algo lo pide con gran esfuerzo una vez y no vuelve a insistir. Generalmente esto último no funciona. Luego supe que se puede aprender a pedir. Lo principal es saber lo que se quiere. Y aquí, en este punto,  quíen lo tiene muy claro es mi amiga Gadea Díaz. Dice mi amiga Gadea que mucha gente confunde lo que quiere. A cualquiera que le preguntes por sus deseos te dirá que quiere dinero, una casa, un coche, una pareja.... Pero,  a veces, no es exactamente eso lo que van buscando. Según Gadea, los deseos verdaderos son esos que afloran en tu mente por la noche cuando tratas de acomodarte en la cama para dormir. Al principio lo que tienes en la cabeza es lo que ha pasado durante el día, lo que tienes previsto para mañana y las preocupaciones que en ese momento marquen tu vida. Cuando te vas relajando, todo eso va dejando hueco, va despejando tu mente que te lleva a tu verdadero deseo. Es frecuente que no le demos importancia porque nos parece una fantasía. Mi amiga Gadea dice que ella durante mucho tiempo deseó que la besaran. Me cuenta que durante su primer matrimonio nunca, o casi nunca para ser más exactos, recibió un beso. Primero porque él no era nada cariñoso, segundo porque a penas se veían y tercero porque tenía una amante. Un día, delante de su coche había pareja besandose,  y dice,  que sintió mucha envidia y un dolor intensísimo en el estómago. Descubrió que era lo que le hacía llorar a menudo. Todas las noches soñaba con besos. Y ahora ha dejado muchas cosas en el camino pero besos, como el de esa pareja, los tiene siempre que quiere.    

miércoles, 25 de mayo de 2011

LOS LIBROS DE AUTOAYUDA

       Dice mi amiga Gadea Díaz que toda la gente que conoce,  cuando se ha hundido en un problema del que no veía salida,  ha terminado leyendo un libro de autoayuda. Y dfiende ese tipo de libros porque primero,  siempre aprendes algo y,  segundo,  su lectura lleva a la gente a hacer otras actividades. Después de leer un libro de ese tipo, dice mi amgia, siempre se acaba haciendo algo que hasta el momento no habías hecho. Cada uno dentro de sus gustos y posibilidades se embarcan en tareas que van desde el macramé hasta un doctorado. Yo digo que toda la gente que conozco,  que se ha hundido en problemas,  toman alguna droga previamente recetada por su médico. No suelen creer mucho en los libros de autoayuda y, la verdad,  no se han apuntado a ningún curso que les haga pensar en otra cosa,  que no sea lo habitual,  al menos durante un par de horas al día. Y siguen con las pastillas, depués de años. Gadea dice que el que empieza con ese tipo de pastillas va listo porque " es para toda la vida". Entonces.....pueden estar bien, ¿no?.