QUIÉREME

martes, 15 de junio de 2021

UN AÑO DIFERENTE, EN DOS TIEMPOS

                                                                                                Toledo. Diciembre. 1520.



Querida Gadea:


    Seguramente, cuando tengas en tus manos esta carta, estará viejo todo lo que te cuento. En esta ciudad los acontecimientos se suceden con rapidez. 

    Para empezar te digo que nos hemos mudado a la casa del cigarral. Mis nervios ya no aguantaban el ir y venir de la gente, el ruido del trabajo de los artesanos, el bullicio del mercado, la suciedad de las calles. Te confieso que ha habido otra causa, menos confesable pero, casi más decisiva: evitar ser testigo del dolor de tanta gente, tantos toledanos que se ha quedado sin sustento, al verse obligados a cerrar sus talleres, sederías sobre todo. A esto suma los estragos, el hambre que está causando la sequía. Ayer mismo, cientos de personas fueron en procesión hasta el monasterio de San Juan de los Reyes para rogar que llueva. Y por si fuera poco, un brote de viruela antes y otro de gripe ahora, está matando, sobre todo, a niños y ancianos, ya débiles por la falta de alimento y por el frío. Cada domingo pido por ellos y aporto una limosna en la misa de la catedral. 

    En mis ruegos también está mi sirvienta y buena amiga Shaima. Sabes que sus orígenes moriscos nunca han impedido el cariño y respeto que nos tenemos. Ella me cuidó como una madre durante mi enfermedad. Ahora me toca a mí arrimarle el hombro. Y es que su hija pequeña, que lleva su mismo nombre, está embarazada. Lo que podría ser un motivo de celebración, es en este caso, una desgracia: la pequeña Shaima ha deshonrado a su familia por culpa de un muchacho del que se niega a decirnos su nombre. Ya está de seis meses. En esta casa, aunque cada día con más estrecheces, todavía tenemos para vivir con dignidad y cuidaremos de ese bebé como Dios manda.

    Tengo que decirte que, además, el ambiente está muy caldeado en lo público: las disputas entre Ayalas y Silvas, entre realistas y los que ven al emperador como una amenaza, me resultan ya insoportables. Son como niños malcriados, indisciplinados y caprichosos que tergiversan, inventan y esconden lo que sea necesario para defender sus intereses. Me parecen tan necios y de actitudes y hechos tan deplorables como los de la alcahueta Celestina. Te preguntarás de qué te hablo. ¡Ni en sueños lo imaginarías! Es el personaje de un libro que lleva por nombre Tragicomedia de Calisto y Melibea; un texto que logra sonrojarme, aún estando en la intimidad de mi alcoba, único lugar donde me atrevo a leerlo. A veces, siento pudor por palabras e ideas -atrevidas, desvergonzadas, groseras diría yo- que surgen de esas hojas. Lo compré en el taller de Pedro Hagenbach por un precio que tampoco me atrevo a pronunciar.   ¡Ojalá llegue el día en el que los libros estén al alcance de todos! El escritor quizás no te sea del todo ajeno porque, aunque tengo entendido que trabaja con leyes en Talavera, nació allí, en La Puebla. Se llama Fernando de Rojas.

   Comprenderás si te digo que, sin duda, este ha sido un año distinto.


                                                          Atentamente, tu siempre amiga,

                                                                

                                                                                           Teodora R. 




............................                                                                       



                                                                                               Toledo. Diciembre. 2020.



¡Hola Gadea! ¿Cómo estás?

   

    Ya sé  que no está de moda escribir cartas, pero tengo tantas cosas que contarte, que unos pocos WhatsApp no me son suficientes. ¡Vaya año!

   Empezaré por decirte que tuve un accidente de tráfico. En una recta el coche se me fue a la derecha y me salí del asfalto. Golpeé contra un poste y eso causó que diera varias vueltas. Todo sucedió tan rápido que me costó días comprender que no estaba en medio de una pesadilla. Desde entonces, mis piernas son una silla de ruedas. No sufras por mí: lo tengo superado. He aprendido a vivir de otra manera. Realmente no tuve opción: mis hijos  merecen una madre que luche por pasar todo el tiempo posible con ellos, merecen crecer con una madre que los proteja y ame como solo una madre sabe hacerlo. Y esto, créeme, es posible con muy poca movilidad, casi, con el exclusivo latir del corazón. 

   Antes del accidente nos habíamos trasladado a la casa de campo de mis padres. Pensamos que allí seria más fácil guardar las normas del confinamiento que nos impusieron debido a la pandemia. Y en general así fue. Los muros de Toledo me estaban asfixiando. Y allí, estábamos rodeados de la naturaleza, con el río a pocos metros; cada mañana, paseaba  por su orilla, le acompañaba en su correr. Su cadencia, suave, rítmica, era para mí, un susurro tranquilizador. Tuve que irme al hospital, pero he vuelto y he retomado la rutina de pasear junto al Tajo, con la sola excepción de haber tenido que alisar el camino para facilitar el rodaje de mi silla.

  Como podrás imaginar, en estos últimos meses, he estado librando mi propia batalla; he vivido casi ajena a la actualidad. Así que, sigo esperando un discurso político que me convenza. Y sigo buscando respuestas en algunas lecturas; la imposibilidad de hacer ciertas  cosas, se ha convertido en más  tiempo para leer. Se ha cumplido así uno de mis deseos, como bien sabes. Por cierto, te recomiendo Sapiens de Animales a Dioses. Su autor, Yuval Noah Harari. Te gustará su lenguaje y coincidirás en muchas ideas.

    Mi madre y mi abuela solían decir que no hay un día igual, menos, un año. Yo digo que sí, que todos los años son distintos pero, no todos lo son suficientemente como para ganarse el adjetivo. Este, coincidirás conmigo, en que lo tiene bien merecido.

                                                                                Un fuerte abrazo, amiga.


                                                                                                     Teodora R.

sábado, 12 de junio de 2021

PRIMAVERA

Me dices que llevas años esperando que la primavera llegue a tu vida. Que tu verano fue largo y caluroso. Que luego llegó el otoño y llorabas y llorabas sin saber bien por qué. Después vino el invierno, frío. El dolor se agudizó, tanto que se llevó hasta las ganas de lamentarte, te dejó sin lágrimas. Y me preguntas ¿cuándo llegará mi primavera? 

Mi respuesta, amigo, ya la hemos hablado más de una vez tu y yo. Ambos conocemos a personas que creyeron que encontrarían su primavera en el dinero, en casas grandes y bonitas. Otras, en el éxito profesional. Y también a quien, lo que más deseaba, era una familia. Lo consiguieron y, sin embargo, siguen esperando su primavera. Yo te digo que mires a tu alrededor, limpies y des una mano de barniz a lo que te guste y que te desprendas de lo demás. No pienses en dar una segunda oportunidad a lo que no te conmueve, a quien te hace padecer. La primavera está en lo que te estremece, en lo que te hace reír, en quién te escucha y te agarra la mano para caminar juntos el sendero de baldosas amarillas que llega hasta Oz. 


Encontré estos párrafos en lo que parece una carta, sin remite ni destino, entre un montón de papeles viejos en el trastero de mi casa. Serán sobre las seis de la tarde. Es sábado y veo a través de la ventana que algo está pasando ahí afuera; hay una luz brillante y amarilla, maravillosa. El cielo, impresiona, se está volviendo gris plomo. La temperatura es realmente agradable. Empieza a oler a tierra mojada. No hay duda, la primavera ya está aquí. Y a Dios pongo por testigo -como dijo la señorita O’Hara- de que nunca la dejaré marchar porque esta es mi primavera. 


https://afrontandolesionmedular.blogspot.com/2021/06/fallo-del-i-certamen-de-primavera.html

domingo, 23 de mayo de 2021

Sentimiento de Viernes Santo

 Hoy, el día me ha sabido a Viernes Santo. Ha sido morado y negro. Me ha olido a flores, cera, incienso. Ha sido luminoso y, de pronto, se ha nublado. He sentido esa soledad profunda que notas cuando las calles del centro están abarrotadas. Y por las otras, andan a toda prisa, cogidos del brazo, las parejas que se han retrasado por falta de costumbre; porque solo se arreglan y salen en Viernes Santo y el Día de la Virgen. Merecen escribirse con mayúsculas, sí, porque son fechas de vestidos nuevos y comida especial: garbanzos, acelgas, bacalao, panetillos, rosquillas. Yo, en Viernes Santo, y en días que parecen Viernes Santo, me pongo lo mejor que tengo, el mejor traje y los mejores zapatos; me peino con mi mejor peinado; me maquillo con mi mejor sombra de ojos y mi mejor rímel; me cuelgo en el hombro mi mejor bolso y me dispongo a salir. A veces, salgo y vuelvo a entrar. Otras veces no llego ni a cruzar la puerta de la calle; doy media vuelta, me cambio de ropa y......me meto en la cama hasta que se disipe el sentimiento de Viernes Santo.

Síndrome de enclaustramiento

Estoy atrapado en el mismo cuerpo pero

en otro edificio, en otra ciudad. 

Siento las mismas náuseas, el mismo agotamiento. 

Quiero las mismas cosas, a las mismas personas. 

Permanezco sujeto a los mismos deseos, a los mismos sueños.

Desprecio las mismas imágenes, los mismos nombres y 

apellidos.

Me mueve lo mismo, me paraliza el mismo miedo.

No hay un antes y un después; todo es

un continúo, sin descanso. 

¡Ocupo tan poco sitio que casi no puedo respirar!

¡Tengo tan pocas fuerzas que no puedo gritar!

Ya sé que el milagro de la libertad no existe, 

ni en vida, ni después. ¡Siempre estamos sujetos 

a lo queremos y a lo que aborrecemos!

Que nadie me hable, que nadie me mire, que nadie me piense.

Hoy estoy condenado a soportarme.

viernes, 21 de mayo de 2021

CON SAL

 Malas frases que me hicieron mal:

-Tienes muchos pájaros en la cabeza.

-No cazas con hambre.

-Hay que sudar mucho para ganar una peseta.

-Tu te crees que el dinero cae por la chimenea.

-"Maque" te quedan a ti que sacar pocas espuertas de ugüas".

-Dice J. P. que eres muy ingenua.

-Lo que escribes es una mierda. Esta frase no fue exactamente así, lo dijeron más educadamente pero era lo que querían decir.

-Tienes unas manos muy feas.

-Sal, si te cabe el culo entre los pupitres. Esta, puede que me la haya inventado pero no su efecto.

Buenas frases que me hicieron bien:

-Eres capaz de hacer lo que quieras.

-Eres guapa y tienes encanto porque no lo sabes. 

-Te voy a demostrar con hechos que te quiero.

-¡Ven a casa ya!

SIN SAL

 Me gustaría andarte pero, ACTUALMENTE, tengo dificultad para andar.

Quisiera saltarte pero, actualmente, tengo dificultad para saltar.

Me gustaría pasearte pero, actualmente, tengo dificultad para pasear.

Quisiera llegarte pero, actualmente, tengo dificultad para llegar.

Me gustaría hablarte pero, actualmente, tengo dificultad para hablar.

Quisiera abrazarte pero, actualmente, tengo dificultad para abrazar.

Me gustaría comprenderte pero, SIEMPRE, tengo  dificultad. 

Sin embargo, contigo, NUNCA, tengo dificultad. 


sábado, 24 de abril de 2021

Ser o no ser -segunda parte-.

 Dice Gadea:

Con frecuencia me he sentido extraña. Hoy, me siento extraña en este mundo. No comprendo lo que me rodea. Me parece estar distante de casi todo. Desde ese lugar observo.  A los seres humanos los veo construir edificios: grandes, pequeños, de paja, de cemento, lujosos, austeros.....Todos insignificantes desde aquí. Los veo moverse como hormiguitas: en coches, en trenes, bicicletas, patinetes...Algunos se trasladan de una parte de la Tierra a otra en autobuses voladores, en naves que flotan sobre los mares. Se afanan cultivando alimentos o cuidando plantas cuya única utilidad es decorar, hacer bonito un lugar. Monerías. Hablan y hablan, la mayoría sin escuchar al interlocutor; en general -siempre con excepciones, claro está- mantienen conversaciones absurdas, sin sentido. Parece como si el único objetivo fuera, exclusivamente, el intento de comunicarse, ponerse en contacto con el otro sin necesidad de que haya un mensaje. Quizás por eso algunos estudian el lenguaje corporal. Baratijas si lo miras....pongamos desde la Luna.

Hay un oficio que se llama política. Los políticos, unos miles, gobiernan a todos los demás, que se cuentan por millones. Muy pocos políticos hacen y dicen cosas coherentes e inteligentes. Ni tampoco se dedican al bien de los demás, para lo que, paradójicamente, dicen que se dedican a la política. 

En la Tierra hay otras especies, numerosas formas de vida distintas, pero ninguna, parecida al ser humano; ninguna que se mueva tanto, que construya y destruya tanto, que quiera y odie tan intensamente, que haga cosas tan extrañas y sin sentido. 

Yo, que parece que soy uno de ellos, no los comprendo. Tampoco lo que me rodea.  , entiendo, a la gente que quiero; solo y exclusivamente concibo a la gente que que quiero y me quiere. Cuanto más consciencia tomo, más me reafirmo en esta idea, más segura estoy de que eso y solo eso es lo que existe en mi mundo, la única verdad. Lo demás son..chucherías.