QUIÉREME

martes, 9 de marzo de 2021

CONSUELO


Hoy he encontrado consuelo en Borges, en sus palabras y en su experiencia personal. Su "Poema de los Dones" empieza así:

«Nadie rebaje a lágrima o reproche 

esta declaración de la maestría 

de Dios que con magnífica ironía

me dio a la vez los libros y la noche».

Si Dios permitió la ceguera en los ojos de Borges, ¿qué le impediría dejar mis manos sin movilidad? Me lamentaba de ello cuando he recordado al genio.

¿Qué haría Borges en esta habitación? 

Es blanca. Hay tres camas: una la ocupo yo, la de mejor pronóstico. Otra, una joven tetrapléjica "asumiendo lo que el cielo designa". Y la otra, un cadáver malhumorado que se alimenta dieciséis horas al día de Tele 5. Insultos, cotilleos, sangre y voces estridentes inundan el aire, dieciséis horas al día. ¡Vaya mierda! Lo que oigo desde esa televisión es mas peligroso y contagioso que el virus de la pandemia.¡Que alguien haga algo! 

¿Qué haría Borges en esta habitación?

jueves, 4 de marzo de 2021

LA MEJOR TAZA DE CAFÉ O UNA HISTORIA DE VENGANZA

 Muchas veces soñé con resucitar,

con levantarme y caminar sin miedo,

enterrar mis complejos,

participar en una reunión y dar mi discurso,

reírme de las mentiras de mi jefe,

de la estupidez de ese otro superior,

sentirme indolente ante la prepotencia de mi compañero,

responder con soltura a la maldad del que tengo enfrente y me 

sonríe creyéndome ignorante.

Ellos siguen en lo mismo en el mismo lugar, anclados, 

como un viejo barco sin dueño ni ladrón. 

Están muertos y los vi la última vez; eran 

perros mordiéndole la cola, criaturas en infinitas espirales. 

Tres días tardé en recuperarme.


......................

Literalmente, he resucitado. 

Algunos nombres siguen doliéndome en la memoria pero, 

un rayo de lucidez me ha revelado: ¡eres mejor que ellos! No

has hecho aquello que no querías hacer. No lo querías.

Mi venganza es superarme a mí misma.

Y me vengaré, ¡vaya si me vengaré! 

Ese momento lo tomaré como la mejor taza de café: sabroso y vigorizante.


miércoles, 3 de marzo de 2021

LA INTENCIÓN

INTENCIÓN. Me parece una palabra mágica. Puede que lo sea. 

Mi profesora y amiga, Ángeles Dios, me enseñó que la energía sigue a la intención. La intención sería lo que dirige la energía hacia un lado, hacia otro, hacia donde tú quieras. La energía llega y transforma. ¡Lo consigues!

Pero, ¿de dónde viene la intención? ¿De dónde o de qué nace? Puede que de la voluntad, de la consciencia, del deseo, de la determinación , de los pensamientos. La intención, como las palabras anteriores, se originan en un POZO.



 

miércoles, 17 de febrero de 2021

TEDIO

 Estoy sentada, inmóvil. Delante, unos grandes ventanales. Al otro lado, un camino que llega al río. Las aguas del Tajo bajan serenas. El nivel ha subido, tanto que ha sumergido el embarcadero. Un grupo de ocas se deslizan ahí mismo, de un lado para otro, sin esfuerzo aparente, como si fueran un mecanismo electrónico y no seres vivos. En la otra orilla, una vieja casona con el techo derruido. Imagino que servirá como refugio para palomas. No sé para qué más podría ser útil. A ambos lados del camino hay árboles que perdieron sus hojas hace meses. Pronto brotarán las nuevas. En medio de este paisaje imagino que se va formando una mancha negra. Es un túnel. Una mano invisible me invita a entrar. Solo dudo durante el primer segundo. Lentamente, voy hacia el agujero. No hay nada. Es el vacío. Siento como si se me hubiesen desactivado los sentidos, no vista, ni oído, ni gusto, ni olfato ni tacto. Nada. Es T             

                                                                                                                                T            E          T    

                                                                                                                                   E            D          E       

                                                                                                                                     D              I           D

                                                                                                                                     I             O                I

                                                                                                                                    O                            O

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lunes, 15 de febrero de 2021

EL DON DEL VIEJO ANDRÉS -Minicuento-


Había una vez un anciano que vivía en un pueblo de La Mancha. Se llamaba Andrés y decían que siempre había sido viejo. La señora Julia, que superaba la centena, no se sabía en cuanto, lo corroboró incluso en un programa de la televisión autonómica con estas palabras:

“Si, si hija. El señor Andrés ya era anciano cuando yo iba a la escuela. Así es. Sí”.

Quizá para contrarrestar esa peculiaridad, la vida había dotado al viejo Andrés de otra cualidad igual de extraordinaria: aliviaba el corazón de la gente. Los del pueblo acudían a él cuando la vida los llevaba a situaciones de esas que se parecen a un cruce de caminos sin salida. Mujeres y hombres, pobres y ricos, escépticos y creyentes, todos lo que hablaban con él, sentían desahogo y consuelo según iban describiendo su encrucijada. Decían que el viejo veía con claridad ese sitio, lleno de niebla, en el que todos hemos estado alguna vez. Lo hacía dejando hablar, esforzándose por entender el matiz que cada hablante da a cada palabra. Eso era todo. Una vez más la señora Julia lo confirmó: 

Así es hija mía, el viejo Andrés sabía escuchar como nadie”.


(A mis compañeras de habitación del HNP, a las que ni he sabido ni sé escuchar como es debido). 

sábado, 13 de febrero de 2021

La libertad que tengo

Hace un par de años mi amiga Gadea también me escribía lo siguiente:

 ¿Alguien me puede decir qué es la libertad? A mí cada vez me resulta más extraña esa palabra. ¿Para qué somos libres? ¿Qué decisiones podemos tomar libremente? ¿Tenemos la libertad de elegir, de verdad? Yo no he elegido tener la edad que tengo, ni mi aspecto, ni mis complejos ni mis virtudes., No he decidido las partes fuertes  y débiles de mi cuerpo ni de mi personalidad. Ni creo que dependa de mi libertad que me guste un color más que otro, que prefiera falda o pantalón, ni que me sienta atraída por un hombre o una mujer o por ambos. No he sentido la libertad de sentir predilección por un color de piel, un timbre de voz o la forma de unas manos. Ni sé por qué me gusta un discurso y no otro, una flor en vez de otra, las historias de ciencia ficción más que las de terror.

No somos libres de decidir dónde y cuando nacer, ni en qué familia, ni si tendremos hijos o no. ¿Nos contagiaremos de algún virus malvado? Ni siquiera podemos decidir cuándo morir. Conozco gente que pensaba lo contrario. 

Cada vez me siento menos libre. Creo que soy como un pájaro en una jaula; no hay que soltarlo, no sobreviviría, debe seguir en la jaula por su bien.

                                                                                                                 Gadea

viernes, 12 de febrero de 2021

El relato de mi vida

Hace un par de años mi amiga Gadea me escribía lo siguiente:

Cuando se aproxima tu cumpleaños ¿no tienes la sensación de que algo indefinido e importante va a pasar? ¿No crees que es tu momento del año? ¿No sientes que por fin va a llegar eso que llevas tiempo esperando? ¿No te parece que el universo lleva un orden para cada uno de nosotros y tu turno está cerca? Es como si entraras en un túnel del tiempo en el que todo va a salir bien e incluso, algo mágico puede suceder. 

Sí, diría que es frecuente este estado pero también afirmo -sin condicional- que es un espejismo, nada más que un deseo. A mí,  personalmente, las fechas próximas a mi cumpleaños me ponen nerviosa y un poco triste. Creo que es porque mi subconsciente me manda mensajes tipo: te queda menos, tus sueños están un poquito más lejos, espabila, haz lo que tengas que hacer ya, crea tu propio golpe de suerte. Y esto no hace más que ponerme más nerviosa y triste. 

Es una de esas situaciones en las que me gustaría que mi vida fuese narrada en una película. La vería tranquilamente desde el sofá y así -con esa perspectiva- comprendería dónde están mis errores y dónde las soluciones. Es decir, que otra persona narre el relato de tu vida. El problema es que eso es imposible porque siempre sería una versión subjetiva y parcial. Se necesita una vida para contar completamente una vida. 

-Y además ya nos han contado bastantes historias sobre errores y soluciones, ¿no?-


                                                                                                                Gadea 😘