viernes, 9 de mayo de 2014
miércoles, 7 de mayo de 2014
EL SUEÑO
Los sueños son reveladores de acontecimientos, todos los sabemos, no hay más que leer algo relativo a la antigüa Grecia y ahí está Morfeo. No basta con soñarlo, hay que sentir, tener el convencimiento de que el mensaje de ese sueño se hará realidad. Y para eso no hay que hacer nada, simplemente sueñas, despiertas, y sabes que eso va a suceder, lo sabes y ya. Si sueñas la misma cosa pero al despertar no sientes nada, es que es un sueño no premonitorio. Por eso estoy segura de que lo que Gadea ha soñado esta noche se cumplirá.
Gadea ha soñado que estaba en un parque muy grande. A lo lejos veía a un montón de gente agrupada alrededor de algo. Intrigada, Gadea se aproxima a la gente, intenta pasar entre ella y ve que en el centro hay una espuerta grande de esparto llena de libros. La gente se esfuerza por llegar y sacar un libro, pero no puede. Gadea, sin demasiada dificultad, se abre paso entre la multitud y consigue llegar hasta la espuerta, estira el brazo y agarra, al azar, un libro. Dice que cuando se lo acerca para ver la portada descubre que era un libro que había escrito ella. No recuerda el título a pesar de estar escrito en letras grandes; no recuerda el dibujo de la portada a pesar de ser de colores llamativos. Ni mucho menos sabe cual era su contenido. Solo recuerda que lo miró y supo que ella era la autora. Y supo que el hecho de sacarlo de aquella enorme espuerta significaba que se trataba de un libro bueno y muy leído.
Dice Gadea que hacía tiempo que no se sentía con tanta energía ( motivación, diría yo ) y durante toda la mañana ha estado recogiendo notas para.............su libro.
Me alegro tanto por ella como si se tratase de mi misma. ¡ Suerte Gadea !
Gadea ha soñado que estaba en un parque muy grande. A lo lejos veía a un montón de gente agrupada alrededor de algo. Intrigada, Gadea se aproxima a la gente, intenta pasar entre ella y ve que en el centro hay una espuerta grande de esparto llena de libros. La gente se esfuerza por llegar y sacar un libro, pero no puede. Gadea, sin demasiada dificultad, se abre paso entre la multitud y consigue llegar hasta la espuerta, estira el brazo y agarra, al azar, un libro. Dice que cuando se lo acerca para ver la portada descubre que era un libro que había escrito ella. No recuerda el título a pesar de estar escrito en letras grandes; no recuerda el dibujo de la portada a pesar de ser de colores llamativos. Ni mucho menos sabe cual era su contenido. Solo recuerda que lo miró y supo que ella era la autora. Y supo que el hecho de sacarlo de aquella enorme espuerta significaba que se trataba de un libro bueno y muy leído.
Dice Gadea que hacía tiempo que no se sentía con tanta energía ( motivación, diría yo ) y durante toda la mañana ha estado recogiendo notas para.............su libro.
Me alegro tanto por ella como si se tratase de mi misma. ¡ Suerte Gadea !
lunes, 31 de marzo de 2014
APUNTES SOBRE MILENA
La
verdadera Alba Aguirre vivió junto al mar
Gea la
amamantó
Poseidón la
educó
El primer
recuerdo de su memoria
Un regalo,
Pegaso, su mascota
El primer
sentimiento de su corazón
La amistad
de Las Sirenas, sus compañeras
La
verdadera Alba Aguirre también pisaba
Tierra verde y esponjosa
La cubría
un cielo azul y rosa
Su casa la
protegía de sus miedos y de la noche
Su cama
la alimentaba
Cada noche,
a las 10 y media, la visitaban
Los seres
que su imaginación invocaba
Su universo
era enorme
Con una
mano podía agarrar una estrella de mar
Y darle en
el cielo libertad
Alba
Aguirre vestía siempre vestido blanco
Zapato
negro, diadema roja y bolso plateado
Los ocho
años de Milena son Alba infinitos
Ayer Hoy
Mañana
lunes, 24 de marzo de 2014
YO, LA PROTAGONISTA
Me llamo Cayetana de la Santísima Trinidad Núñez de Arenas Martínez Caro. Nací en Madrid hace treinta y tantos años. Estudié económicas, los últimos años, en la universidad pública. Pero lo que realmente me gusta es el interiorismo, y lo que realmente se me da bien, es moverme en sociedad, en la que me toque. Estoy casada y tengo cuatro hijos. Y además tengo una característica sobresaliente: no soporto que me quiten el protagonismo. Como Blue Jasmin doy las mejores fiestas, me rodeo de las mejores marcas y mi lenguaje es siempre, siempre, correcto, nunca me salgo de tono. Soy una persona educada y equilibrada. Siempre tengo tiempo para los demás. Si la ocasión lo merece, lo regalo para organizar lo que haya que organizar, desinteresadamente. ¿Desinteresadamente? Bueno, solo pido a cambio, que se me reconozca el esfuerzo, aunque solo sea con palabras bonitas, que se aprecie las horas que he dedicado al evento, porque soy una curranta. Y sobre todo quiero que, cuando llegue la hora de la verdad, no salga a escena alguien que acapare las miradas. Si en medio de "mi" presentación, alguien aparece con una sugerencia curiosa, ingeniosa, natural...¡que se la calle!, porque ¡yo estaba primero! ¡coño!
Siempre estoy para todos: voy, vengo, recojo a los niños, a los mios y a los de otros, les doy de merendar. Tengo palabras de aliento para casi todos. Me gusta que mi experiencia pueda facilitar el camino a otros. Pero, no me gusta que me toquen, físicamente, me desagrada que me besen para saludarme, la verdad es que tampoco me es placentero que me estrechen la mano, mucho menos que me den una palmadita en la espalda. ¡ Por Dios, no quiero que nadie me toque ! Es necesario guardar las distancias, respetar el espacio físico de cada uno. Comunicarme por teléfono es fácil, no necesito una actitud física, otra cosa es el cara a cara, me es imprescindible, como mínimo, metro y medio de distancia. Me siento incómoda, me falta el aire si la distancia es inferior. Y por supuesto, cada uno en su casa. Claro que tengo amigos, como todos. Pero, no quiero nuevos amigos. Tengo a mi familia, dinero, y tiempo que ocupo en lo que quiero. ¿Que más puedo necesitar? ¿ Para que podría necesitar a un amigo nuevo?
En fin, soy la más sociable sociópata. Mi abuelo ya me lo dijo alguna vez. Sabía calar a la gente.
Siempre estoy para todos: voy, vengo, recojo a los niños, a los mios y a los de otros, les doy de merendar. Tengo palabras de aliento para casi todos. Me gusta que mi experiencia pueda facilitar el camino a otros. Pero, no me gusta que me toquen, físicamente, me desagrada que me besen para saludarme, la verdad es que tampoco me es placentero que me estrechen la mano, mucho menos que me den una palmadita en la espalda. ¡ Por Dios, no quiero que nadie me toque ! Es necesario guardar las distancias, respetar el espacio físico de cada uno. Comunicarme por teléfono es fácil, no necesito una actitud física, otra cosa es el cara a cara, me es imprescindible, como mínimo, metro y medio de distancia. Me siento incómoda, me falta el aire si la distancia es inferior. Y por supuesto, cada uno en su casa. Claro que tengo amigos, como todos. Pero, no quiero nuevos amigos. Tengo a mi familia, dinero, y tiempo que ocupo en lo que quiero. ¿Que más puedo necesitar? ¿ Para que podría necesitar a un amigo nuevo?
En fin, soy la más sociable sociópata. Mi abuelo ya me lo dijo alguna vez. Sabía calar a la gente.
martes, 11 de marzo de 2014
LO MAS FEO DE TI, LO MAS SAGRADO QUE TIENES
Precisamente
querida, precisamente es lo que no me gusta de ti
Que
te sientas una mierda te resta el atractivo.
Tu
natural seducción se convierte en simple maña
Tus
bellos ojos se muestran con la mirada agotada
Tus
finos labios se curvan hacia abajo
Tus
rectas piernas parecen patitas de jilguero.
El
ánimo está en tí como en cada parte del universo
Muévete
camina ve
Siente
y respira con los ojos abiertos.
Agarra
el aliento el consuelo la esperanza
Sacude
los insanos pensamientos
Orea
el polvo que el tiempo deja en tus huesos
Come
la manzana que refresque tu sangre
Limpia
el óxido de tu alma.
Descubre
lo impresionante que eres.
Tu
delicada mente tu sutil sentir es un presente
También
te regalaron una piel llena de encanto
Que
envuelve tu cuerpo tu rojo ferrari costoso kimono
Que
sabe elegir, discernir, que se alerta ante otra piel.
Tienes
un gesto amable provocador de envidias
Una
voz serena que calma las iras
Unas
manos dulces que cuando acarician queman.
Sueña.
Sueña en rojo y blanco. Siempre sueña.
Desnúdate
y luego adórnate con fuego y agua.
Camina.
Si no sabes donde camina de igual manera.
El
movimiento te descubrirá la meta
el fin de tus acciones, por fin tus
deseos.
Cien poemas cff
miércoles, 5 de marzo de 2014
CÓLERA
Ella,
vestida a la moda, melena lisa,
Ligeramente
maquillada,
sonrisa
burlona,
endiosada.
El, casual,
exageradamente enérgico,
sobreactuado
reclama
miradas
pide pelea.
Los dos se
me adelantan, siempre se me adelantan.
En todos
los casos me sobrepasarían.
En todos
los casos encontrarían el atajo.
Son
competidores natos, amanecen los primeros
Despiertan
antes llegan con antelación.
Me
arrebatan la plaza del estacionamiento
Me quitan
el pequeño y preciado espacio de asfalto
Como
primera victoria del día
Como
medalla de oro de las mañanas.
Miro
incrédulo, siempre, y en segundos,
¡soy la
cólera!
¡Yo estaba
primero! Y ahora estoy amarillo.
Crezco,
engordo,
El rostro
se hace un rebujo,
El estómago
se encoje,
el corazón
se me expande dentro del pecho y
late a
ritmo machacón, como guiado por música electrónica,
intenso,
rojo.
Mi monstruo
quiere aplastarlos con sus enormes pies,
Golpearlos
con sus gigantes zarpas,
Devorarlos
con sus grandes fauces y
Escupirlos
después sobre el asfalto.
La cólera
es un tormento
Me deja
exhausto
Inútil
desgaste.
Mañana la
borraré de mi ánimo
La tacharé
de mi vocabulario
Corregiré
mi actitud
Rectificaré
mis sentimientos
Y volveré
de nuevo con una sonrisa y mucho pitorreo.
Cien poemas cff
jueves, 20 de febrero de 2014
GADEA Y EL DEVORADOR DE ILUSIONES
Dice Gadea que siempre ha deseado crear un castillo, de piedra, con unos cimientos y un tejado sólidos, decorado con muebles y objetos únicos. Pero, todo el mundo le decía que no era capaz. No le preocupaba, ni lo escuchaba, eran palabras vacías. Los deseos caminan sus propios caminos y así pasó con éste. Poco a poco lo fue construyendo superando miedos, ignorando fantasmas, toreando opiniones y envidias. Un día tras otro su castillo fue creciendo y cuando la construcción estaba a más de la mitad, se le presentaron, con claridad asombrosa, todas las excusas posibles para dejar de seguir construyendo; estaba claro, no era capaz de edificar un castillo. Paró la obra.
Dos años después, la misma claridad que le mostró las razones por las que tenía que dejar de construir el castillo, le destapó la equivocación que había cometido. Lo que antes parecía indudable ahora era pura cobardía. Se había instalado en unas obligaciones tan necesarias como indeseadas. Y en la frente parecía llevar escrita la palabra insatisfacción. Intentó empezar de nuevo pero no sabía como. Así que, ante la falta de ideas nuevas, se vió obligada a llamar a puertas del pasado a las que no quería llamar . La gente que abría esas puertas, muchas no lo hicieron, se mostraba sorprendida, y parecían leer la mente dudosa de Gadea que no acababa de creer que podía construir un castillo.
Desde entonces han pasado algunos años más y ahí está, en la misma situación: dudando, en muchos momentos, de su capacidad y sin encontrar la forma de comenzar una nueva obra. O de seguir con la antigua.
Gadea ha perdido mucho tiempo luchando contra ella misma. Ha perdido muchas oportunidades por su incapacidad de superar las palabras "tú no eres capaz". Sólo la indolencia y despreocupación de la infancia pudieron, en su momento, evitar la influencia de esa frase feroz y devoradora de ilusiones.
Dos años después, la misma claridad que le mostró las razones por las que tenía que dejar de construir el castillo, le destapó la equivocación que había cometido. Lo que antes parecía indudable ahora era pura cobardía. Se había instalado en unas obligaciones tan necesarias como indeseadas. Y en la frente parecía llevar escrita la palabra insatisfacción. Intentó empezar de nuevo pero no sabía como. Así que, ante la falta de ideas nuevas, se vió obligada a llamar a puertas del pasado a las que no quería llamar . La gente que abría esas puertas, muchas no lo hicieron, se mostraba sorprendida, y parecían leer la mente dudosa de Gadea que no acababa de creer que podía construir un castillo.
Desde entonces han pasado algunos años más y ahí está, en la misma situación: dudando, en muchos momentos, de su capacidad y sin encontrar la forma de comenzar una nueva obra. O de seguir con la antigua.
Gadea ha perdido mucho tiempo luchando contra ella misma. Ha perdido muchas oportunidades por su incapacidad de superar las palabras "tú no eres capaz". Sólo la indolencia y despreocupación de la infancia pudieron, en su momento, evitar la influencia de esa frase feroz y devoradora de ilusiones.
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