QUIÉREME

jueves, 20 de enero de 2022

UN APUNTE

 Cuando murió mi madre pensé que se había acabado mi pesar y el de ella. Nada más lejos de la realidad; sucedió que la tristeza me arraigó en el estómago y hoy es un roble. Conozco el amor, el desamor, la maternidad, la independencia pero, no la satisfacción ni el éxito. Entre ramas y raíces, el roble me absorbe, retiene mi ánimo como las riendas frenan al caballo. Ahora mismo las veo, en mis brazos: son azules y van por donde anda la sangre. 


viernes, 14 de enero de 2022

MISIÓN 2022

 -Derribar muros,

-Cruzar fronteras,

-Borrar líneas,

-Tumbar vallas,

-Allanar montones,

-Quemar pilas,

-Limpiar basura,

-Rellenar grietas,

-Vadear ríos,

-Construir puentes,

-Quemar satabárbaras,

-Eliminar arsenales,

-Destruir prejuicios,

-Eliminar miedos,

-Fulminar barreras y

-BRILLAR-BRILLAR-BRILLAR-BRILLAR-BRILLAR-BRILLAR-BRILLAR-


viernes, 7 de enero de 2022

2022

 Me dice Gadea: 

La primera vez que necesité rezar fue cuando me fui a la universidad; me marchaba de casa y recé para que a mis padres no les pasase nada malo, como si al irme yo se volvíeran más vulnerables, como si me presencia sirviese para protegerlos, ¡que tontería! La incertidumbre de no saber lo que pasa en un lugar donde no estás, siempre te lleva a presagiar algo malo. No es corriente creer cosas como: ahora que no estoy a lo mejor les sonríe la fortuna. El caso es que yo recé y a los pocos meses mi madre enfermó y al cabo de pocos años, mi madre murió. Y con ella murió la mejor versión de nuestras vidas y de nuestro futuro. Desde entonces, no rezo, para evitar malentendidos, para evitar recibir lo contrario de lo que pido porque, por una razón que no llego a entender, Dios me da negro cuando yo quiero amarillo.

Treinta años después, en diciembre de 2019, deseé con una fuerza intensa, que el siguiente año me trajera algo extraordinario. Quizás me faltó definirlo con exactitud. Di por hecho que estaba claro a qué me refería con la palabra extraordinario. Me equivoqué otra vez; a los pocos días de empezar el año, un extraordinario síndrome me mantuvo año y medio en el hospital. 

Ya no rezo, ni pido deseos. 

Ahora me sueño en mis deseos. Y sueño a la gente que quiero en sus deseos. Los sueños nunca fallan. 


                                                                                                      Gadea Díaz del Campo💭

jueves, 23 de diciembre de 2021

LA NOTA DE GADEA

 El cartero me entrega esta mañana una carta. Viene dentro de un sobre amarillento: en la cara, mi dirección completa, en el reverso, solo un rosetón de lacre. Viene del pasado, pienso. Claramente, no puedo saber quién la ha mandado ni cuál es su origen pero creo que es de mi amiga Gadea. La carta, o más bien, la nota, porque carece de fecha y firma, dice así:

Estoy feliz. Estoy feliz porque tengo relaciones y afectos que ni me atrevía a imaginar. Pero, soy triste. Soy triste porque me cuesta sonreír y disfrutar. Creo que no nací así si no que me hice. La menstruación cambió las reglas, fue un punto de inflexión. Hubo más motivos: un pueblo de La Mancha, la España del final de los 60, una permanente sensación de ser extraño, de desconocer lo que me rodeaba, de no entender lo que me decían, de no ser comprendido y sentir culpa por ello. Una pena empezó a brotar a la altura de la boca del estómago y ahí hecho raíces tan profundas y largas que el día que comiencen a morir me arrastrarán con ellas.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

NOTAS

ESCRIBO porque ya es lo único que puedo hacer. Y lo hago con la esperanza de que, en su conjunto, resulte como un cuadro bonito.

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LA VIDA es una sucesión de ciclos irregulares.


miércoles, 17 de noviembre de 2021

BENDITA-MALDITA MEMORIA

 ¿Se puede confiar en la memoria? Absolutamente, no. Dice la RAE que recordar es "pasar a tener en la mente algo del pasado", es decir, traer a la mente algo que ya viviste y que puede ser un color, un olor, unas manos, una persona, un lugar, una situación, una historia entera.....El mecanismo físico, en el mejor de los casos, funciona, y te viene el recuerdo, pero ten por seguro que, aunque todo funcione bien, así no fue. Lo que recuerdas es probable que tenga un tanto por ciento muy alto de desviación, producida esta por sentimientos, vacíos, malas interpretaciones, huecos rellenos de fantasías, de deseos....En fin, que cuando sacas el recuerdo del cajón, se ha modificado tanto, que cualquier parecido con el original es mera coincidencia. Es relativamente frecuente enfrentarse con un amigo a un recuerdo común y liarse en una batalla de desmentidos:

- No, eso no fue así.

-¡Hombre! No te acordarás pero así fue.

-Y yo te digo que no.

Yo soy de las que termino diciendo:

-Lo que tu digas.

¡Total, los dos vamos a terminar recordando a nuestra manera! Me han llegado a recordar, no detalles, sino hasta situaciones que no reconozco en absoluto. De hecho ayer mismo me mostraron una foto en la que estaba yo pero no sé dónde estoy, ni reconozco a la persona que tengo a mi derecha y a la que le tengo mi mano sobre su hombro. Se trata de una mujer morena y facciones delgadas. Cuando me dijeron quién era me sorprendió porque la recordaba rubia, "rubísima" y de cara más redondeada. ¡No no, esta no es ella! ¡Qué va! Pues parece que si.

El maquillado de recuerdos resulta útil para olvidar a esas personas a las que alguna vez te hubiese gustado hacerles una peineta. (Según escribo esta frase, me doy cuenta de que estoy equivocada: recuerdo perfectamente -a lo mejor exagero un poco con lo de perfectamente- a esos a los que me hubiese gustado mostrar mi dedo corazón en todo su esplendor. Los recuerdo a todos desde mi más tierna infancia -creo-.

¿Y las palabras buscadas una y otra vez en el diccionario? Pienso: las voy a buscar en el diccionario de papel y, cada vez que vaya a ella, le hago una rayita con el lápiz así sabré con exactitud las veces que he buscado su significado. No lo hago. Es que....tengo mala memoria.