QUIÉREME

miércoles, 27 de febrero de 2013

LA TÍA DE GADEA

     Hace dos semanas que no nos veíamos. Por fin, hoy, Gadea y yo,  hemos quedado a tomar un café y ponernos al día.  Gadea cumplió años recientemente ( no seas cotilla, no viene al caso cuantos exactamente ) y dice,  que nada más levantarse,  se le vino a la cabeza una tía suya. Hace tiempo que no la ve y su relación dejó de ser estrecha hace muchos años. El tiempo, sin embargo no ha cambiado la idea que Gadea tiene de ella;  Gadea piensa que esa tía suya jamás ha tenido relaciones sexuales y eso le entristece enormemente, a veces, tanto,  como si se tratase de una grave enfermedad. Dice Gadea que ese sentimiento lo tiene desde su primera experiencia.  "¿ Crees normal que la primera vez, en lugar  de estar a lo que tenía que estar, estuviera pensando en mi tía, en que ella nunca habrá tenido ni tendría una experiencia así ? ", me pregunta mi amiga. Y sigue contandome que esa idea la persigue de vez en cuando pero,  que en realidad no lo sabe; " es posible que solo sean imaginaciones mías porque jamás he hablado con mi tía de eso, bueno de eso ni de ninguna otra cosa. Nuestra relación pasó a ser meramente convencional cuando yo era una muy jovencita ".
   Esto nos llevó a pensar que ciertamente Gadea podría estar equivocada.  Todos hemos tenido, tenemos o tendremos una oportunidad, todos. Lo que pasa es que,  a veces, se deja escapar; a veces nuestros miedos nos paralizan y nos ciegan y nos impiden ver con claridad lo que pasa delante de nuestras narices; y a veces hay que arriesgarse y luchar un poquito por lo que quieres. Todos conocemos a amigas o amigos que se han enamorado y les ha faltado valor para expresarlo y para ir a por ello. Al final se lo han llevado otros u otras más decididos.  Y luego vienen las preguntas : ¿ y si yo hubiera.......? Yo digo que es mejor equivocarse que hacerse esa pregunta porque ¿donde está escrito que hubiese salido mal?

miércoles, 20 de febrero de 2013

S/T

Veo en la pared
la sombra de mi perfil
que la lámpara deja
veo una frente ancha, como el mar,
una nariz afilada, como la punta de mi lápiz,
unos labios pegados, como manos implorando,
una barbilla coqueta, como posando para gustar,
unas pestañas parpadeantes, como pidiendo
más.

EL MISMO SOFÁ, ¿ EL MISMO AMOR?